Publicado: 11 de Noviembre de 2015

“Comparte con tu amigo”, “comparte con tu hermano”, “comparte con la niña que acabas de conocer en el parque”, etc. Estas son frases que podemos escuchar con frecuencia cuando pasamos mucho tiempo entre niñ@s.

Madres y padres, con toda la buena intención, le decimos a nuestra hija o a nuestro hijo que tienen que compartir sus juguetes, sus comidas o sus chuches con otros niños. Sin embargo, y a pesar de todos nuestros esfuerzos, muchas veces nuestras recomendaciones caen en saco roto y nuestro hijo no desea, en esos momentos, compartir sus juguetes, sus enseres personales o su comida.

No debemos preocuparnos y pensar que nuestro hijo es insolidario o egoísta por no querer prestar sus cosas en esos momentos, simplemente, tenemos que comprender que no lo desea, no le apetece o no tiene la madurez suficiente como para hacerlo. En estas ocasiones, en vez de enfadarnos y acabar forzándoles a compartir sus juguetes o a ofrecer su comida, tenemos que respetar su decisión y entender que si son objetos suyos, él o ella deben decidir cuándo prestarlo y a quién prestárselo. Por otro lado, también es importante darse cuenta de que los niños muy pequeños, menores de seis años, no están madurativamente preparados para comprender lo que significa compartir. Para muchos de ellos, sus objetos forman parte de su persona y despojarse de ellos por obligación les resulta muy duro.

Los niños aprenden a compartir, ordenar, leer, escribir, colorear, controlar esfínteres, pero cuando su cerebro está maduro para entenderlo (y su cuerpo fisiológicamente para hacerlo). Todos van a acabar prestando sus juguetes o repartir su comida, pero cuando llegue su momento. Con dos o tres años nuestros pequeños no saben lo que es compartir, no lo pueden entender porque su madurez neurológica se lo impide. Con esas edades, aún están en lo que se llama la etapa del ego, que dura más o menos hasta los seis o siete años.

No hay que forzarlos a compartir porque ellos llegarán a hacerlo cuando estén preparadas, pero sí que tienen que ver modelos sanos de niños más mayores que sí comparten y, sobre todo, nosotros mismos mostrar que lo hacemos. Niños y adultos tenemos una forma de comprender y vivir la vida diferente, no podemos exigirles a los niños que se comporten como niños más mayores o como adultos, pero sí que les podemos mostrar un modelo sano y adecuado.

¿Qué hacer cuando mi hij@ no quiere compartir?

  • Nunca forzar a que lo haga. Si le obligamos, no aprenderá a compartir por sí mismo y no madurará esa función del cerebro.
  • No te sientas mal, ni sientas vergüenza delante de las madres o padres de los otros niños, tú hijo ha tomado su decisión y tiene sus razones. Si quieres puedes decir algo como: “ahora no le apetece porque lo está utilizando, cuando deje de hacerlo le volvemos a preguntar” (muchas veces cuando nuestros niños son más mayores, no les importa compartir sus cosas cuando ya no las están usando). También puedes comentar “le gusta mucho ese juguete y no desea prestarlo” o “tal vez otro día lo compartirá contigo, cuando se sienta preparado”.
  • Recuerda, que no preste sus cosas en estos momentos no quiere decir que no lo haga más adelante, sino que no está preparado para hacerlo.
  • ¿Qué edad tiene? ¿Está fisiológica y emocionalmente preparado para ello? Los niños muy pequeños no conciben la idea de compartir. Cuando ofrecen algo no lo hacen siguiendo las mismas razones que niños más mayores o los adultos, si prestan algo es porque lo sienten emocionalmente y desean darle al otro algo de sí mismos.
  • ¿Qué hacemos si dos hermanos se pelean por un mismo juguete? A veces al pequeño quiere el del grande, a veces, el mayor, desea jugar con los del menor y éste no quiere dejárselo. ¿Cómo afrontamos este conflicto? En primer lugar, nunca debemos forzar a ninguno de ellos a prestar sus juguetes. Busquemos alternativas para ambos. Tal vez hacer otra cosa con ellos, leerles un cuento, pintar, modelar, jugar con un balón (nos lo vamos lanzando y vamos aprendiendo a compartir).
  • ¿Y si no quiere compartir algo de toda la familia o un juguete que es de todos los hermanos? Si por ejemplo, tú hij@ ha cogido la botella de agua y no quiere que los demás bebamos, en esas circunstancias en las que se trata de un bien común (no es una botella sólo suya), le explicamos que el agua es de todo el mundo y que los demás necesitáis también beber. Podemos hacer que nos ayude a servir todos los vasos, podemos llenarla de nuevo juntos en el grifo, buscaremos estrategias para evitar el enfado y a la vez, le estaremos mostrando cómo compartimos.

Si hablamos de un juguete que es de todos vuestros hijos y lo quiere mientras otro de los niños ya lo tiene, le diremos que ahora mismo no lo puede coger, que hay otro hermano jugando y buscaremos un sustituto, podemos ponernos a jugar con él, buscar otro juguete, pintar, modelar, etc.

  • Tenemos que ser conscientes de que somos los modelos de nuestros hijos. Compartamos con ellos y ellos, en su momento, compartirán con nosotros y con los demás niños.

Texto: Elena Mayorga