Publicado: 19 de Octubre de 2015

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), ha publicado por primera vez un extenso informe dedicado al consumo de alcohol titulado: Tackling harmful alcohol use (La lucha contra el uso nocivo del alcohol).

Este informe recopila datos sobre el consumo en cada uno de los países de la OCDE, la mortalidad a causa del alcohol, o sobre la frecuencia y el tipo de población más proclive al consumo nocivo. Además sugiere medidas rentables para que los países pongan en marcha con el fin de mejorar los datos obtenidos.

Según el informe, el consumo per cápita de alcohol en la OCDE disminuyó ligeramente en los dos últimos decenios; sin embargo, el consumo excesivo de algunos colectivos se ha agravado, con una evolución particularmente preocupante entre los jóvenes y las mujeres.

De esta forma, los datos de España muestran  una tendencia a la baja en cuanto a consumo de alcohol, en línea con los 40 países de la OCDE que presenta un descenso del 2,5% en los últimos 20 años. En algunos, no obstante, ha aumentado la ingesta hasta un 50%, es el caso de Estonia, Finlandia, Islandia, Israel, Noruega, Polonia y Suecia.

Sin embargo, más allá de esos datos positivos, se ha detectado una tendencia preocupante, ya que unos pocos colectivos son los que concentran el grueso de prácticas nocivas: la proporción de niños de 15 o menos años que no han tomado nunca alcohol se ha reducido de un 44% a un 30% en el caso de los chicos y de un 50% a un 31% en el caso de las chicas desde el año 2000. Además, la proporción de niños que ha experimentado embriaguez habitual aumentó de un 30% a un 40% (en los niños) y de un 26% a un 41% (en las chicas) en el mismo periodo.

Además, el abuso del alcohol pasó de ser la octava a la quinta causa de muerte y discapacidad en todo el mundo entre 1990 y 2010, y es responsable de 3,3 millones de muertes, el 5,9% del total. Con estas cifras, el alcohol pasa a provocar una mayor proporción de fallecimientos que el VIH/sida, violencia y tuberculosis juntas (2,8%), según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 2014. Asimismo, según la OMS, el consumo de alcohol está vinculado a otras 200 enfermedades, como por ejemplo, el cáncer, enfermedades cardiovasculares, hepáticas o accidentes.

Es destacable también el gasto que genera el consumo excesivo de alcohol. Según una revisión de estudios europeos que presenta el documento, se estima que el coste del crimen vinculado con la alcoholemia en la Unión Europea (policías, juzgados, prisiones, abogados, daño a la propiedad...) en unos 33.000 millones de euros en 2003 yel asociado a los accidentes de tráfico en 10.000 millones en el mismo año.

Finalmente, y con el objetivo de mejorar las cifras de consumo y reducir los gastos que conlleva este problema, este documento propone aplicar políticas centradas en los colectivos más vulnerables a los consumos abusivos. Estas políticas deberían incluir un abanico de medidas, como por ejemplo, la fijación de precios mínimos o la tasación de las bebidas, la regulación de la venta del alcohol (con restricciones a ciertos grupos, o en ciertos lugares y momentos) o la prevención de comportamientos de riesgo.