Publicado: 22 de Noviembre de 2016


Sufrir insomnio no solo afecta negativamente nuestro estado de ánimo haciendo que estemos más irritables sino que también tiene profundas repercusiones a nivel cerebral. De hecho, diferentes estudios han relacionado los problemas para dormir con dificultades como la depresión, la esquizofrenia e incluso la demencia. Ahora nuevas investigaciones explican el impacto que tiene sobre el cerebro dormir poco y mal.


El insomnio encoge algunas áreas cerebrales


En un estudio realizado por un equipo de científicos de las universidades de Oslo y Oxford se analizaron los hábitos de sueño de 147 personas con edades comprendidas entre los 20 y 84 años. Cada tres años y medio los participantes eran sometidos a pruebas de resonancia magnética, de manera que lo que los investigadores podían comparar la evolución de sus cerebros.


De los participantes, un 35% dormía muy poco y mal, no lograban conciliar un sueño reparador que les permitiera descansar. En estas personas se apreció una disminución del tamaño del cerebro, fundamentalmente en las regiones frontal, temporal y parietal. También se comprobó que el impacto negativo en el cerebro era aún mayor cuando se sobrepasaban los 60 años.


El insomnio intoxica el cerebro


Otro estudio, esta vez llevado a cabo en la Universidad Autónoma Metropolitana de México, reveló que el insomnio puede hacer que ciertas moléculas neurotóxicas, que normalmente circulan por la sangre, lleguen hasta el sistema nervioso central y afecten las funciones de las neuronas. 


En este caso el experimento se realizó con animales, promoviendo periodos de deprivación del sueño durante 10 días. Así los neurocienttíficos apreciaron que durante los periodos largos de de insomnio, los vasos sanguíneos de la barrera hematoencefálica comienzan a degradarse. La barrera hematoencefálica es una formación densa de células endoteliales que se encuentra entre los vasos sanguíneos y el sistema nervioso central, cuya función es proteger al cerebro de agentes potencialmente neurotóxicos.


La falta de sueño hace que esos vasos sanguíneos no estén tan unidos como deberían, dejando que elementos nocivos pasen al tejido cerebral. Algunos de esos elementos, como el glutamato monosódico, casi omnipresente en los alimentos procesados, pueden traspasar la barrera hematoencefálica y llegar a provocar la muerte de las neuronas. 


¿Por qué el sueño es tan importante para el cerebro?


Durante muchos años se pensó que mientras dormíamos nuestro cerebro se limitaba a descansar. Hoy sabemos que no es así. Durante el sueño, sobre todo en las fases de sueño REM, que es el más profundo, el cerebro se encarga de eliminar las sustancias de desecho de su metabolismo.


De hecho, se ha apreciado que las células gliales crean una especie de canales a través de las neuronas para permitir que fluya el líquido cerebro espinal, el cual arrastra consigo las toxinas que se generan durante la actividad diurna.


El sueño también nos ayuda a limpiar la mente de los recuerdos que no necesitamos y le resta impacto emocional a las situaciones que vivimos durante el día, además de reorganizar el gran almacén de nuestra memoria.


Por eso, no es extraño que pasemos aproximadamente un tercio de nuestras vidas durmiendo. Y también por eso cuando no dormimos bien, al otro día nos despertamos fatigados, tenemos problemas para concentrarnos y estamos más irritables.


Por tanto, ahora ya lo sabes: dormir bien es fundamental para la salud de tu cerebro y para prevenir enfermedades neurodegenerativas que pueden aparecer con el paso del tiempo.



Fuentes:

Sexton, C. E. et. Al. (2014) Poor sleep quality is associated with increased cortical atrophy in community-dwelling adults. Neurology; 83(11): 967-973. 

Gomez-Gonzalez, B. et. Al. (2013) REM sleep loss and recovery regulates blood-brain barrier function. Current Neurovascular Research; 10(3): 197-207.