10 frases inspiradoras de personas que lucharon contra la adversidad

Publicado: 5 de Mayo de 2017

En la vida atravesamos por etapas complicadas, momentos oscuros en los que nos resulta difícil mirar hacia el futuro con optimismo. En estas situaciones podemos caer en la desesperanza y vernos tentados a tirar la toalla. Sin embargo, debemos recordar que un mar calmo no hace buenos marineros. Los problemas y los obstáculos, si bien al inicio pueden bloquearnos, nos sirven para poner a prueba nuestras capacidades y crecer, para convertirnos en personas más fuertes y resilientes.

A lo largo de la historia han existido muchísimas personas golpeadas por la adversidad, cuyo pensamiento y forma de afrontar los obstáculos, así como los logros que alcanzaron, pueden servirnos de inspiración en los momentos más complicados. Sus frases de la vida pueden convertirse en faros que nos iluminen en los momentos más difíciles.

La mujer del pincel atrevido y los colores intensos es un excelente ejemplo de resiliencia y ganas de aferrarse a la vida. La pintora mexicana no solo fue uno de los grandes exponentes del arte de su país sino que su vida nos puede servir de inspiración en los momentos más oscuros. Se sometió a más de 32 operaciones y, aún así, hizo acopio de fuerza para seguir adelante a pesar de su dolor crónico. Su relación de pareja también le causó numerosas heridas emocionales, sumiéndola en un amor con tintes enfermizos.

1. Amurallar el propio sufrimiento, es arriesgarte a que te devore desde el interior.

Frida Kahlo nunca escondió sus sentimientos, al contrario, los expresaba a través de su obra. De hecho, en más de una ocasión dijo que dibujaba su vida. La pintora era consciente de que cuando se intenta reprimir la rabia, la tristeza o el sufrimiento, estos terminan devorándonos desde el interior. Por eso, siempre es conveniente hallar una forma constructiva para canalizar nuestras emociones.

2. Al final del día, podemos aguantar mucho más de lo que pensamos.

Una de las claves para superar los momentos más difíciles consiste precisamente en confiar en nuestra fuerza y capacidad para lidiar con los problemas. Si no confiamos en que podremos salir de esa situación, perderemos la esperanza y nos daremos por vencidos. Por eso, es importante recordar que somos mucho más fuertes de lo que pensamos.

Viktor Frankl era una de las jóvenes promesas de la Psiquiatría en Viena cuando su suerte se torció. En 1942 le enviaron a un campo de concentración y desde entonces no volvió a saber nada más de su familia. Dos años más tarde le trasladaron a Auschwitz, el mayor campo de concentración nazi, donde no perdió la esperanza sino que se dedicó a reconfortar a los prisioneros y prevenir los suicidios. En 1945 lo liberaron y escribió el famoso libro “El hombre en busca de sentido”, además de fundar la Logoterapia, una de las escuelas de Psicología más importantes de la época.

3. Si no está en tus manos cambiar una situación que te produce dolor, siempre podrás escoger la actitud con la que afrontes ese sufrimiento.

Hay situaciones en la vida que no podemos cambiar. Negar su existencia solo nos provocará dolor y un sufrimiento inútil. Sin embargo, tenemos la capacidad para elegir cómo lidiar con esas situaciones, podemos dejar que esos hechos nos venzan o, al contrario, podemos intentar sacarles partido o centrarnos en los aspectos más positivos. Aunque no podamos cambiar lo que sucede, podemos cambiar cómo reaccionamos, y eso lo puede cambiar todo.

4. El hombre que se levanta, es aún más fuerte que el que no ha caído.

La resiliencia es una capacidad que se desarrolla poniéndose a prueba. Son los problemas, los obstáculos y las adversidades quienes nos empujan a ir siempre un paso más allá, a desarrollar nuevos recursos y a crecer. Por eso, como afirmaba Viktor Frankl, cada caída nos hace más fuertes, siempre que sepamos levantarnos.

Con tan solo 19 meses Helen Keller perdió la vista y la audición. En los años 1880 aquello prácticamente era una sentencia al aislamiento más completo, pero la niña se dio cuenta de que podía descubrir el mundo con sus otros sentidos. A los 7 años ya había inventado más de 60 señales mediante las cuales intentaba comunicarse con su familia. El camino no fue fácil, pero en 1904 se graduó con título de honor y escribió el libro “La historia de mi vida”, el primero de muchas otras obras que darían la vuelta al mundo. Desde entonces, Helen Keller se dedicó a ayudar a otras personas con discapacidades, dando conferencias y convirtiéndose en un ejemplo de tenacidad y resiliencia.

5. Mantén tu rostro al sol y así no verás las sombras.

Tú eliges hacia dónde quieres mirar, bajo qué prisma mirar el mundo. Helen Keller, una mujer sorda y ciega, a pesar de vivir en la oscuridad y el silencio, supo encontrar su propia luz, la que provenía de su corazón. Por supuesto, no se trata de negar que existen las sombras sino tan solo de centrarse en la luz. Recuerda que a veces, un cambio de perspectiva es más que suficiente para reencontrar tu camino o recuperar tus fuerzas.

6. Cuando una puerta de felicidad se cierra, otra se abre, pero muchas veces miramos tanto tiempo la puerta cerrada que no vemos la que se ha abierto para nosotros.

¿Sabías que la tristeza es la emoción que más dura, exactamente 240 veces más que las demás? De hecho, el principal problema de las emociones negativas es que nos mantienen enfocados en los problemas, obstáculos y adversidades, creando un círculo vicioso del que nos resulta difícil salir. Sin embargo, a veces es suficiente con darnos cuenta de su existencia para percatarnos de que estamos viviendo en un cuadro incompleto. De ti depende ver el cuadro en su totalidad e incluir también esas emociones positivas que solo están esperando a que decidas cerrar esa puerta que ya no te conduce a ninguna parte.

Estaba destinado a ser el consejero de su tribu y vivir pacífica y tranquilamente pero Nelson Mandela tenía otros planes. Cuando se implantó el Apartheid no dudó en ponerse en pie de lucha, razón por la cual pasó 27 años en prisión, 18 de ellos en la isla Robben, confinado en una celda húmeda de apenas 2,4 metros de alto por 2,1 de ancho, con una estera de palma como cama. Fue en aquellos años cuando contrajo tuberculosis y sufrió daños irreversibles en la vista. Se dice que cuando se le permitía salir de su celda, le agradecía a sus guardianes y los bendecía. Cuando salió en libertad no se rindió y siguió luchando por los derechos humanos.

7. Que tus opciones reflejen tus esperanzas, no tus miedos.

Incluso en los momentos más difíciles, debemos asegurarnos de que nuestras decisiones reflejen nuestra mejor versión, nuestras esperanzas y confianzas, que no sean el resultado de nuestros miedos y angustias. Tomar una decisión dejándose llevar por la sensación de indefensión, la desesperanza y los temores implica limitar nuestro universo de posibilidades y es probable que más tarde nos arrepintamos porque cuando nos dejamos llevar por emociones negativas tan intensas nuestra razón se ofusca y no somos capaces de valorar las consecuencias de nuestros actos ni somos conscientes de todos los factores implicados. 

8. No me juzgues por mis éxitos, júzgame por la cantidad de veces que caí y me levanté.

La adversidad nos hace crecer, nos empuja a salir de nuestra zona de confort y a superar nuestros miedos y límites. Es en los momentos más difíciles cuando realmente te pones a prueba y sabes de lo que eres capaz. Esto significa que las dificultades también son oportunidades de crecimiento, por lo que por muy oscuro e injusto que veas el mundo, intenta aprender alguna lección. Al menos así ese sufrimiento no habrá sido en vano.

Erick Erickson sufrió dislexia desde pequeño y era daltónico, pero la verdadera cruz de su vida llegaría a los 17 años, cuando contrajo la polio. Entonces sufrió una parálisis tan severa que un médico le dijo a sus padres que no rebasaría un día más. Erickson lo escuchó y se propuso ver al menos otra puesta de sol. Aunque rebasó aquel primer obstáculo, su camino sería cuesta arriba ya que estaba completamente paralizado e incluso tenía dificultades para hablar. Fue entonces cuando empezó a interesarse por la Psicología. A los 50 años el fantasma de la polio regresó. Erickson sufrió dolor y debilidad muscular que le volvieron a provocar una parálisis y, aunque recuperó el movimiento a golpe de perseverancia, a partir de ese momento tuvo que usar una silla de ruedas. Entonces comenzó a utilizar la auto-hipnosis para aliviar su dolor crónico, un método que aún hoy ayuda a miles de personas en todo el mundo. 

9. Soy lo que sobrevive de mí.

Cada problema, cada obstáculo, cada pérdida y cada adversidad nos roba un pedazo de nosotros, pero también nos permite recomponernos de una forma diferente. Después de todo, la vida implica cambiar y adaptarse, por lo que cada situación es un reto para que nos transformemos, para madurar. Podemos aprovechar ese reto para sumar nuevas partes a nuestra vida y enriquecer nuestro arsenal de herramientas psicológicas para la vida.

10. La esperanza es lo que nos permite aferrarnos a la vida.

Es la esperanza, la mirada puesta en el futuro, lo que nos permite enfrentar la adversidad y salir airosos. Cierta dosis de optimismo es imprescindible si deseamos seguir adelante, confiar en que después de la tormenta siempre llegará la calma te permitirá no perder el rumbo.