Publicado: 30 de Agosto de 2018

A inicios de los años ‘80, cuando Howard Scott Warshaw tenía 23 años, conoció a Steven Spielberg. Warshaw se había construido un nombre en Silicon Valley después de diseñar el exitoso videojuego para Atari 2600 Indiana Jones, de manera que Spielberg lo eligió para diseñar un juego sobre E.T. basado en su popular película de 1982. 

Atari y Spielberg perdieron un tiempo precioso negociando los derechos del producto, de manera que Warshaw apenas tuvo cinco semanas para crear desde cero aquel juego. El juego de Indiana Jones le había tomado todo un año de trabajo. 

Warshaw se puso manos a la obra. Trabajó frenéticamente las 24 horas del día, los 7 días de la semana. El resultado fue lo que se catalogó como el “peor videojuego de todos los tiempos”. El resultado fue tan desastroso que Atari no solo tuvo un montón de devoluciones sino que se vio obligada a enterrar millones de cartuchos en un vertedero en Nuevo México. 

Hoy, con un mundo que gira a una velocidad vertiginosa, donde todo “es para mañana”, cualquiera puede sentirse plenamente identificado con la situación de Warshaw. Los entornos de trabajo modernos presionan, esperando que actuemos como máquinas perfectamente engranadas y quieren que tengamos éxito en poco tiempo. Nos piden que pensemos como ordenadores, que abordemos las tareas a una velocidad imposible y respondamos en 5 segundos, para no ser catalogados como personas indolentes.

Es imposible. 

Y estamos pagando un alto precio por ese ritmo de trabajo, sobre todo en términos de salud mental. La Organización Mundial de la Salud ha afirmado que la depresión debe afrontarse como una crisis global y ha alertado de que el agotamiento es el principal riesgo laboral al que nos exponemos, el cual se ha convertido en la “nueva normalidad”.

El principal problema es que el trabajo se considera una insignia de honor. Tener éxito en el trabajo a menudo se equipara con tener una vida exitosa. Nos han programado desde pequeños para trabajar duro, el compromiso con el trabajo está grabado en nuestras conexiones sinápticas. Pensamos que un trabajo bien hecho es un buen motivo para estar orgullosos, cueste lo que cueste. 

Sin embargo, cuando el entorno de trabajo se convierte en un lugar tóxico nos arrebata nuestro equilibrio psicológico y nuestra salud. El trabajo de nuestra vida nos roba toda nuestra vida. Antes de llegar a ese punto y que sea demasiado tarde, hay que hacer un alto en el camino y pensar lo que podemos cambiar.

¿Por qué deberías darle más importancia a tu salud mental? 

1. Porque no eres tu profesión. A pesar de que muchas personas se identifican con su profesión, es importante ser conscientes de que no somos únicamente un psicólogo, un abogado o un médico. Nuestra profesión, por mucho que la amemos, es tan solo una de nuestras distintas facetas, por lo que no debemos permitir que obscurezca el resto. Debemos tener cuidado con esa mentalidad de rol, con confundir la profesión con nuestra identidad, dejando que esta nos defina completamente porque terminaremos siendo una versión limitada de lo que podríamos ser. 

2. Porque no hay “éxito” sin salud mental. Los reconocimientos, las bonificaciones y los títulos elegantes no pueden hacer que recuperemos nuestra salud una vez que la hemos perdido. Si comes encadenado al escritorio o respondes correos y mensajes a mitad de la noche, a largo plazo eso te pasará factura. Y no vale la pena pagar con nuestra salud mental o física. De seguro tu epitafio no se referirá a lo rápido que respondías a los correos electrónicos o a cuán eficiente eras. No cometas el error de cambiar éxito por salud, y de confundir “una buena vida” con una “vida de bienes”. 

3. Porque hay más probabilidades de que todo fluya bien cuando pones límites. Es importante conocer la diferencia entre estar comprometido con el trabajo y preocuparse hasta límites insanos porque solo existen unos pocos pasos de distancia entre uno y otro. Establece límites y horarios, de manera que puedas desconectar del trabajo. Dejar espacio para rituales de descanso y guardar un tiempo para ti en realidad fomenta la eficiencia y la productividad, además de permitirte ser más creativo. Cuando mejor te sientas, más rendirás y con menos esfuerzo. 

La decisión es tuya :)

Jennifer Delgado Suárez 

Enlace: https://www.rinconpsicologia.com/2018/08/salud-mental-mas-importante-trabajo.html?m=1