Publicado: 16 de Marzo de 2018

Imagina que tienes unas gafas que, cuando te las pones, te hacen ver el mundo en versión erótica. Diseña esas gafas y adáptalas a ti. Y ahora póntelas.

Si alguien me preguntara qué es para mí mi vida sexual, no sabría qué decir. A veces cuando hablamos de nuestra vida sexual, parece que se tratara de una vida aparte, ajena, algo que se puede coger y medir. Y no es así. Nuestra vida es global y la sexualidad forma parte de ella.

Yo podría decir que mi sexualidad es personal, es plena, es satisfactoria… Y también podría decir que mi sexualidad es creatividad, es placer, es volar, es sonreír, es intimidad y a la vez es compartir. Mi sexualidad es mía y yo decido compartirla.

Hay tantas formas de entender la sexualidad como personas en el mundo. ¿Qué es para ti tu sexualidad?Piensa un momento antes de responder. Escúchate. No hay una respuesta exacta ni deseable. Hay tantas formas de entender la sexualidad como personas en el mundo. Lo importante es que tu vida sexual esté alineada con tus valores y sea satisfactoria para ti. Sin medidas, sin referentes, sin ‘tendría que’.

Por eso hoy, desde la subjetividad que la sexualidad representa, voy a compartir contigo lo que para mí son claves para tener una sexualidad que te haga sonreír y que sume en tu vida, nunca que reste.

Quiérete

Hay miles de motivos por los cuales entenderte, aceptarte, respetarte y quererte es un buen consejo. A lo largo de la vida muchas cosas cambian. Las personas van y vienen. Las modas van y vienen. Las emociones van y vienen. Pero lo que nunca va y viene eres tú. Tú vives contigo y con tu cuerpo. Tu cuerpo es la única posesión que realmente es tuya.

Así que, ¡qué más puedo decir! Si tú eres lo único seguro que tienes en esta vida… ¡cómo no vas a cuidarte y quererte! Escucha más hacia dentro y menos hacia fuera. Cuida tu cuerpo para que esté lleno de salud y bienestar, pero también cuida tu mente.

Conócete

Si tú no sabes qué es lo que te gusta, lo que te hace gozar, lo que enciende tus mejillas, te eriza la piel, te hace salivar, te hace perder el sentido… ¿quién lo va a saber? Y más aún, ¿cómo vas a poder comunicarlo cuando decidas compartirte? Imposible. Por eso es urgente que bajes el ritmo y te dediques un poco de tiempo.

Conecta con tu lado más curioso (ese que está a flor de piel cuando somos niños y nos toca explorar el mundo, pero que por desgracia se desgasta cuando ‘nos hacemos mayores’) y explórate cual aventurera en un nuevo territorio. Toca tu cuerpo de arriba a abajo (¡no todo son genitales!), usa tus manos y concéntrate en tus sensaciones y detente en aquellos lugares en los que el placer llame a tu puerta.

Desaprende

Por desgracia, en lo que a la sexualidad respecta, a veces es peor lo que sabemos que no saber nada. Hemos aprendido un montón de mitos y tabúes sobre la sexualidad que, en muchos casos, nos impiden disfrutar de ella como merece.

Piensa una cosa, si los seres humanos somos capaces de gozar TANTO, qué sentido tiene que no lo disfrutemos. Cada vez somos más las personas que nos rebelamos ante una forma de pensar caduca y sin sentido. Solo se vive una vez, así que vamos a vivir bien.

Ni miedo ni vergüenza

Una vez sepas lo que te gusta y lo que no, conozcas tus límites (si los hay) y decidas compartirte… ¡comunícate! Adelante. Nadie tiene sobre ti ningún poder y no le debes nada a nadie que no seas tú. Si te compartes, es de nuevo para sumar, no para restar.

Y lo mismo a la inversa. Escucha a la otra persona(s) y llegad a un acuerdo sexual. No estamos solos en el mundo, así que igual que convives en tu día a día con otras personas, puedes convivir en la cama.

Estate presente

No vivas en el pasado, deja tu mochila. No vivas en el futuro, deja de anticiparte. Vive en el presente, disfruta del momento en el que estás y déjate llevar. La espontaneidad es un valor humano un poco infravalorado. Nos gusta demasiado organizarlo todo e incluso cuando hacemos algo, estamos organizando ya otra cosa.

Cultiva el hambre sexual

Imagina que tienes unas gafas que, cuando te las pones, te hacen ver el mundo en versión erótica. Diseña esas gafas y adáptalas a ti. Y ahora póntelas y mira el mundo que te rodea con otros ojos. Seduce, déjate seducir. Ponle un poco de picante a tu vida. La sexualidad está en el cerebro, así que puedes moldearla a tu antojo.

Disfruta

Disfruta mucho.

Sonia Encinas.

Enlace: http://psicopedia.net/1067/disfrutar-vida-sexual/amp/