Publicado: 22 de Enero de 2023

Sentir ansiedad o incluso vivir con ansiedad es uno de los problemas más frecuentes de nuestro mundo moderno.


Cada vez son más las personas que sienten ansiedad de forma recurrente. ¿Hasta qué punto vivir con ansiedad está relacionado con nuestra actual forma de vivir?


El ser humano es un ser emocional y también social. Dependemos de nuestro contexto, que nos influye y condiciona tanto en nuestra forma de vivir, comportarnos, pensar y sentirnos. A su vez, la ansiedad se ha transformado ya en el problema más frecuente para solicitar una sesión psicológica o vivir un proceso de cambio.


Sin embargo, la solución para la ansiedad no puede ser una medicación masiva. En un mundo en el que existen cada vez más cursos, talleres, libros y técnicas terapéuticas, cada vez vivimos más en el límite de la ansiedad y el desánimo.


En este artículo vamos a resolver esta paradoja. Tendremos varios objetivos:


Que profundices en qué es la ansiedad y cómo te está afectando en tu vida diaria

Que veamos cuál es la relación de la ansiedad con nuestro mundo moderno (globalizado, híper consumista y basado en la sobre información por redes)

Que comiences a dar los primeros pasos para solucionar la ansiedad de forma estable (para esto nos basaremos en los casos reales de las personas a la que acompaño en sus procesos de cambio como psicólogo y coach).

Vamos a por ello.


Qué es ansiedad y cómo llega a tu vida


La ansiedad es un estado emocional y psicológico desagradable, cercano a la angustia, que nos hace vivir en un estado de alerta. Cuando vivimos con ansiedad nos lleva al agotamiento, pensamientos intrusivos, dificultades para conciliar el sueño o comer, etc.


A su vez, es habitual sentir una sensación desagradable en el pecho o boca del estómago, que en función de la persona puede desembocar en otros síntomas (molestias gástricas, dolor de pecho o cervical, migrañas, etc.).


La ansiedad es un miedo que se ha generalizado. Nos hemos acostumbrado a vivir con miedo, con alerta. Puede ocurrir en relación a una ruptura de pareja, conflictos, crisis sentimentales, o a la hora de afrontar la incertidumbre (no saber qué va a ocurrir) o problemas de salud.


¿Por qué se origina la ansiedad y cómo la mantienes?


Veamos cuáles son los factores que ayudan a que se desencadene y se mantenga la respuesta ansiosa ante una experiencia.


El primer factor: la gestión de emociones


Sentir miedo o inseguridad en ciertos momentos de nuestra vida es natural. Pero cuando no sabemos gestionar esas emociones, pueden transformarse en ansiedad. La ansiedad no deja de ser un miedo que se ha generalizado. Ante ciertos miedos e inseguridades, tendemos a evitar conflictos, o a observar detalles que nos hagan pensar que nuestros temores tienen sentido (algo muy frecuente en nuestra era digital, como veremos más adelante).


Cuando esto ocurre es porque tenemos una dificultad a la hora de entender y gestionar nuestras emociones. Pero el problema no son esas emociones en sí mismas sino la forma en la que las gestionas mediante tus propios comportamientos.


Segundo factor: tu forma de respirar


¿Recuerdas esa sensación tan desagradable en el pecho o boca del estómago tan habitual cuando sentimos ansiedad? Cuando llega la ansiedad es debido a nuestra mecánica respiratoria, es decir, a nuestra forma de respirar.


Ante momentos que nos provocan ansiedad, comenzamos a respirar de forma rápida y súperficial. El diafragma no funciona de forma óptima, termina por presionar de forma repetida la boca del estómago y de ahí la sensación tan molesta.


Por este motivo, para solucionar cualquier problema que tengas con la ansiedad (bien sea en tu relación de pareja, ruptura, trabajo, vida personal, etc.) es imprescindible que trabajes con tu forma de respirar. Este es el primer paso con el que trabajamos en un proceso de cambio para disminuir la intensidad de la ansiedad (lo cual te facilitará todo en el día a día).


Este es el auténtico aprendizaje que necesitamos (más allá de la tan habitual receta de fármacos).


La relación de la ansiedad con nuestro mundo moderno


¿Qué relación tiene la ansiedad con nuestro mundo moderno? ¿Por qué cada vez sentimos más ansiedad?


En primer lugar es importante que reflexionemos sobre la importancia del contexto para nuestro bienestar y aprendizaje. En función de los estímulos podemos sentir paz y apertura o estrés y confusión (no nos afecta igual un ambiente híper estimulante que uno más ordenado). A su vez, nos condiciona la forma de vida, las creencias colectivas y nuestra rutina.


Vamos a entenderlo según tres rasgos de nuestro actual contexto.


Los tres rasgos de nuestra era moderna y cómo influyen en la ansiedad


El primer rasgo o factor es que vivimos en un mundo híper consumista, globalizado y constantemente expuesto a través de las redes sociales. Nuestro contexto es entonces híper estimulante y orientado al consumo, lo cual aumenta el número de actividades diarias. Esto nos provoca estrés y nos agota en un sentido emocional y cognitivo (lo cual precipita la ansiedad).


En segundo lugar, nuestro contexto fluye a través de la comparación social. Al estar constantemente expuestos en redes sociales y a su vez polarizados por la sobre información (hoy día es más fácil pensar sin matices, lo cual nos condiciona y nos impide la reflexión), es habitual que nos comparemos con otros modelos, lo cual dificulta nuestra autoestima.


Cuando sentimos que vivimos según un guión preestablecido, nos sentimos cada vez más confundidos y sin propósito, lo cual favorece que sintamos miedo, inseguridad, falta de control, y por lo tanto, ansiedad. Una de las condiciones básicas del ser humano para vivir en bienestar es poder tomar decisiones propias y que tu bienestar dependa principalmente de tus acciones y modo de vida.


El último factor es el de la sobre-información. Cada día estamos expuestos a multitud de sobre-información que nos confunde y agota, además de estar causadas por dispositivos que funcionan según un mecanismo adictivo (el móvil o smartphone). Ante las rupturas de pareja es habitual las redes sociales con insistencia, y cada vez son más las personas que miran el móvil nada más despertar y es también lo último que miran antes de dormir. Esto genera una mayor adicción debido a la híper estimulación, lo cual perjudica nuestro estado ansioso.


La solución a la ansiedad está en tu propio cambio y aprendizaje personal


En resumen: vivimos en un contexto híper estimulante, que nos aturde de experiencias pero donde cada vez reflexionamos menos y encontramos nuestro propio espacio. Sin embargo, no podemos cambiar ese mundo ni el contexto. Lo que sí está en tu mano es conocerte y vivir un proceso de cambio que te lleve a construir tu propio contexto, más orgánico y beneficioso.


Necesitamos enfocarnos en varios aprendizajes.


5 aprendizajes para superar la ansiedad en nuestro mundo moderno


El primer paso para solucionar los problemas con la ansiedad, como te dije más arriba, es aprender a respirar de forma completa. Cuando comenzamos a trabajar con la respiración nos hacemos conscientes de cómo afecta a nuestro estado de ánimo, a tu forma de pensar y de actuar. Este primer paso es imprescindible, ya que la ansiedad disminuirá en intensidad de forma progresiva gracias a tu propio aprendizaje (lo cual te ayudará de forma estable).


El segundo paso es aprender a utilizar la tecnología, para que esté a tu servicio pero no quedes inmerso en ese mecanismo adictivo. En un proceso de cambio es también habitual que trabajemos con cómo usamos el móvil, para que así no provoque tanta ansiedad mediante su híper estimulación.


El tercer paso es construir tu propio contexto, a través de una serie de rutinas que te lleven hacia la calma, tomar decisiones propias y que tu bienestar dependa principalmente de ti. Esto te llevará a conocerte, a recuperarte, y a encontrarte de nuevo.


El cuarto paso y el más importante es aprender a entender y a gestionar tus emociones, ya que ese es el origen de los problemas con la ansiedad. Cuando aprendemos a gestionarlas los miedos, las inseguridades y el desánimo ya no son tan intensos, frecuentes y duraderos, y podemos generar más aceptación, claridad y confianza.


Finalmente, en el caso de las relaciones de pareja, es imprescindible que entendamos cómo estás enfocando tus relaciones. Cuando las enfocamos de forma dependiente o se genera exigencia o demasiadas expectativas, es frecuente que se generen dificultades emocionales y la relación se vea perjudicada. A su vez, saber poner límites es necesario para vivir con bienestar y autonomía.


Rubén Camacho

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