Publicado: 5 de Junio de 2022

Si bien la ansiedad es una experiencia plenamente normal en la vida de cualquier persona, en algunos casos está vinculada a ciertas psicopatologías. Esto es lo que ocurre en el TAG, o Trastorno de Ansiedad Generalizada, trastorno de ansiedad caracterizado por la aparición de preocupaciones excesivas y persistentes que generan malestar en el sujeto. Conocer cómo funciona es clave para saber hacerle frente.


Por eso, si quieres saber en qué consiste el TAG y de qué manera se vincula a los pensamientos obsesivos de tipo irracional, sigue leyendo.


Características del Trastorno de Ansiedad Generalizada


Empecemos viendo los aspectos más distintivos de esta alteración psicológica. El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) se clasifica en los manuales diagnósticos como un trastorno de ansiedad. En concreto, el TAG muestra como característica principal la excesiva preocupación y la expectativa de aprensión. Es decir, el sujeto con este tipo de ansiedad anticipa la posible aparición de sucesos negativos, generando esta anticipación la preocupación.


Los criterios para poder realizar el diagnóstico de trastorno de ansiedad generalizada recogidos en la última versión del Manual Diagnóstico de la Asociación Americana de Psiquiatría ha publicado (DSM 5), son los siguientes: ansiedad y preocupación excesiva cuasi todos los días durante mínimo 6 meses; el paciente muestra dificultad para controlar sus preocupaciones constantes; y aparecen tres de los siguientes síntomas (inquietud, fatiga, dificultad de concentración, irritabilidad, tensión muscular y alteración del sueño).


Asimismo, debe valorarse si la alteración y el malestar es clínicamente significativo o afecta a la funcionalidad del sujeto. Vemos pues, cómo aparte de los síntomas cognitivos, es decir, de las preocupaciones que se definen como sintomatología principal, también observamos otros rasgos característicos como tensión muscular o cansancio, síntomas físicos.


Las preocupaciones constantes en el TAG


Al estudiar el TAG se ha comprobado que es el trastorno de ansiedad con menor influencia genética. Se considera que el TAG surge de forma aprendida, es decir, por influencia del ambiente. Existen distintas teorías que tratan de explicar la etiología de los trastornos de ansiedad, aunque una de ellas, la planteada por Adrian Wells, es la que se ha mostrado más útil para explicar la aparición y mantenimiento del trastorno de ansiedad generalizada.


Adrian Wells plantea el modelo metacognitivo para explicar las preocupaciones típicas en el TAG. Este autor cree que tanto las consideraciones positivas como negativas que se pueden realizar de las preocupaciones pueden derivar en la aparición de sensación de amenaza y malestar.


Existen dos tipos de preocupaciones. Las preocupaciones tipo 1 se dirigen hacia el exterior, hacia sucesos del ambiente o externos. En este caso, los sujetos suelen preocuparse porque creen que es un modo de resolver los problemas o evitar las amenazas. De este modo, si este tipo de preocupaciones se repiten de manera persistente, es probable que surjan las preocupaciones patológicas.


El otro tipo de preocupaciones, las tipo 2, surgen cuando el individuo se preocupa de sus propias preocupaciones. En esta ocasión el sujeto percibe las preocupaciones como algo negativo. Este es el tipo de preocupaciones características de los sujetos con trastorno ansiedad generalizada, denominadas también como metapreocupaciones.


El autor apunta que el problema principal de los sujetos que realizan preocupaciones patológicas es que no entienden la preocupación como un proceso cognitivo, como una realización interna, sino que los sitúan en el exterior. Este hecho hace que se preocupen por sucesos que no son reales, es decir, convierten el pensamiento en algo real e intentan evitar tal amenaza que sitúan en el exterior.


La intolerancia a la incertidumbre


Otro psicólogo que ha tratado de explicar el origen de los trastornos de ansiedad y en especial del trastorno de ansiedad generalizada es Michael Dugas. Este autor nos plantea el concepto de intolerancia a la incertidumbre, que se entiende como la falta de aceptación que muestra una persona ante la posibilidad que un suceso negativo pueda ocurrir. No puede soportar la incertidumbre, el no saber qué puede suceder.


De esta forma, la intolerancia a la incertidumbre produce en el sujeto la aparición y mantenimiento de las preocupaciones, ya que el sujeto centra su atención en la probabilidad de amenaza, aunque esta sea mínima, haciendo pues que la preocupación aparezca, aumente y persista.


Tratamiento


Dada la naturaleza del trastorno trataremos de intervenir utilizando tanto técnicas cognitivas como conductuales. En lo referente a las estrategias cognitivas, una de las más probadas es la reestructuración cognitiva, que trata de debilitar el pensamiento catastrofista e influir en la anticipación de un suceso que la persona teme. Es decir, consiste en hacer que la persona deje atrás creencias disfuncionales que, en este caso, la predisponen a sufrir temores irracionales.


Por otro lado, como técnica conductual suele optarse por la exposición a las preocupaciones para que el individuo logre normalizarlas y así disminuirlas. De lo que se trata es de facilitar que el paciente aprenda a afrontar esos miedos y no caiga en estrategias de evitación, de huida o de intentos desesperados por “bloquear” pensamientos. Mediante este tipo e intervenciones, es posible superar el TAG en pocos meses.


Diego Sebastián Rojo

Enlace: https://psicologiaymente.com/clinica/ansiedad-generalizada-lleva-pensamientos-obsesivos

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