Publicado: 13 de Enero de 2021

En ciertas enfermedades crónicas se ha comprobado una relación entre las emociones y los factores asociados a la evolución de la enfermedad, influyendo en la salud y la calidad de vida de las personas (Costa, Petrides y Tillmann, 2014; Salaffi et al., 2009).


La mente (pensamiento, creencias y emociones) está íntimamente conectada con la salud y consecuentemente los síntomas de la enfermedad. Hay múltiples experimentos en los que se utilizaron el efecto placebo tuvieron resultados parecidos a los que se utilizaron medicamentos. Las pastillas a pesar de no poseer ningún medicamento, provocan reacciones en la persona que se las consume. Todo ello, está íntimamente relacionado con los pensamientos, creencias y actitudes que se posee.


Los medicamentos crean expectativas de recuperación de la salud en los pacientes. Muy frecuentemente, la actitud puede provocar una mejoría similar o mayor a la que ocasionan los fármacos, llamado efecto placebo. Los investigadores de la Academia Estadounidense de Neurología, Neurology, llevaron un estudio con enfermos con Párkinson, mostró que este resultado es mayor cuando el precio de la medicación es alto. Ante la expectativa de recuperación, el cerebro libera dopamina, que provoca beneficios motores (Espay, 2015)


“El cuerpo y la mente no son dos elementos independientes, no se pueden entender por separado.” Candace Pert


La actitud condicionada


Las actuales investigaciones científicas en psicología consideran que poseemos entre 60.000 y 70.000 pensamientos diarios, y cerca del 90% de nuestros pensamientos son idénticos que el día anterior y 70 por ciento de estos pensamientos son negativos y repetitivos. Pero desde este entendimiento, la actitud y el condicionamiento juegan un papel primordial.


El condicionamiento consiste en asociar un estímulo con otro que, en principio, no necesariamente están relacionados, tal como muestra el experimento más famoso fue del fisiólogo Ivan Pavlov.


Dos estudios nuevos de la Universidad de Toledo de Ohio. Los investigadores dividieron a un grupo voluntarios con buena salud tras responder a un cuestionario el grupo de optimistas y el grupo de pesimistas. En el primer estudio les facilitaron un placebo, les comunicaron que esta medicación les haría sentirse mal. Los pesimistas mostraron tener una respuesta más intensa negativa al fármaco que los optimistas. En el segundo estudio, los participantes recibieron un placebo y fueron informados que podrían dormir mejor. Demostraron dormir mucho mejor los optimistas en comparación a los pesimistas.


Por lo tanto, en idénticas entornos las personas de mentalidad positiva desarrollan respuestas bioquímicas positivas y las de mentalidad negativa tienden a crear respuestas bioquímicas negativas.


Estrategias de autorregulación


En el Hospital General de Massachusetts (Boston, Estados Unidos), 15 pacientes diagnosticados con trastorno de ansiedad trabajaron con estrategias psicológicas como si fuera un fármaco. Los voluntarios participaron en una formación de ocho semanas de Mindfulness. Aprendieron a regular sus emociones y repercutió positivamente en los problemas para dormir. El cerebro a través de pruebas con resonancias magnéticas mostró responder positivamente: algunas zonas del córtex prefrontal estaban muy irrigadas, las encargadas de regular los sentimientos.


«Da igual si practico la meditación (o alguna estrategia de autoregulación) o si mi médico despierta en mí alguna expectativa de mejora: en el fondo, lo que hago es provocar alteraciones bioquímicas que llegan a mis órganos a través de la sangre o de las fibras nerviosas», afirma Manfred Schedlowski, psicólogo e investigador de la Clínica Universitaria de Essen.


Pensamientos, estado mental y efecto nocebo


Dr. Goleman, B. H. Lipton, C. Pert, et al., 2008, afirman que el número de enfermedades que inconscientemente se pueden establecer son muy elevadas a través del llamado efecto nocebo.


“Los estudios nos dicen que nuestro estado mental, en general –sentirse seguro, positivo, cuidado– es crucial para determinar los síntomas que sentimos. Así que por qué no aprovecharlo”, dice Marchant.


Se denomina efecto nocebo al deterioro de los síntomas o signos de una enfermedad por la expectativa, no necesariamente consciente, de efectos dañinos de una solución terapéutica. Lo opuesto efecto placebo. ​


El antropólogo Walter Cannon (1942), de la Universidad de Harvard, usó el expresión “muerte vudú” (voodoo death), cuando investigó sobre la súbita muerte de numerosas personas cuando eran amenazadas o “hechizadas” por los hechiceros o las brujas de la tribu. Justificó los acontecimientos de amplios datos ampliamente documentados, afirmó que la simple sugestión, en un contexto adecuado y con fuertes creencias en el poder del “hechizo”, era la que causaba el miedo extremo y podía provocar incluso la muerte. Ll sugestión de que vas a morir, la muerte por placebo o el conocido efecto nocebo en su forma más extrema.


Cómo elegir cambiar la percepción


La personalidad está compuesta el pensamiento, hábitos, creencias, sentimientos, actitud, actuación y conexión social. Por lo que para crear una nueva realidad personal, es necesario tomar conciencia de todos estos elementos para empezar poder desaprender y aprender (cambiar) patrones mentales, formas de interaccionar, responder y obtención de respuestas constructivas. También se puede tomar conciencia de cuales son las emociones que se sienten y comprobar si esas emociones generan una manera de actuar determinada o provienen de un pensamiento concreto. Una vez se es consciente de ello, se puede elegir cambiar.


Al optar por hacer algo diferente y hacerlo, desde el presente, la conciencia plena (auto-regulación), posibilita tomar decisiones diferentes que conducen a experiencias diferentes.


Pasos a seguir


Nuevas creencias y pensamientos –> nuevas decisiones –> nuevas experiencias –> nuevas emociones–> nuevos hábitos (actuación e integración) –> nueva personalidad


Conclusión


La regulación del estrés a través de distintas estrategias como la relajación o estrategias de autorregulación, y estrategias cognitivas conductuales que faciliten la regulación y mejor afrontamiento al estrés. Junto con estrategias cognitivas conductuales puede conducir a pensamientos, creencias y hábitos constructivos.


El efecto placebo está conectado con las creencias, sistema nervioso, siendo este último concluyente en distintos cambios como en la sangre y, en las células del organismo.


Por lo tanto, podemos apreciar como la curación la actitud tiene un gran poder sobre los efectos de la salud. Maneras de afrontar la enfermedad, autocuidado y maneras de interaccionar con el ambiente que lo envuelve. Cambiando las creencias negativas por positivos y reduciendo el nivel de estrés además de todos los factores relacionados, es posible aumentar las probabilidades de mejor salud.


Así, la salud está condicionada por los principios que se utilizan para gestionar el estrés y controlar los pensamientos, creencias, emociones, actitudes, ambiente y conexión social, que se convierten en hábitos y formas de interaccionar (interpretación de agentes estresantes) y autorregular, así como factores resilientes (gestión).


“Nuestro ambiente, el mundo en que vivimos y trabajamos, es un espejo de nuestras actitudes y expectativas.” Earl Nightingale


Susana Merino

Enlace: https://www.psicoactiva.com/blog/como-afecta-la-mente-a-la-salud/

Imagen: Adobe Spark Post