Publicado: 17 de Abril de 2020

Debido al confinamiento (necesario) que estamos sufriendo por la crisis del coronavirus, muchas personas que viven solas, llevan semanas en sus hogares sin poder tener un trato directo con familiares, amigos o compañeros de trabajo. Estas circunstancias extraordinarias de aislamiento social pueden acabar acarreando algunos problemas psicológicos añadidos al trauma emocional que todos estamos compartiendo.

La capacidad de resiliencia de las personas y su carácter más o menos extrovertido o introvertido, marcarán la forma de afrontar este encierro en solitario.

Como seres humanos que somos, la vida en sociedad está marcada en nuestra genética como una de nuestros rasgos básicos que nos ha impulsado a superar el peligro que los otros animales y la naturaleza hostil suponían antaño para la supervivencia de nuestra especie. Aunque vivamos en solitario, casi todos nosotros buscamos mantener, a diario, el contacto directo con otros seres humanos, por lo que verse, de repente, privados de este trato, puede llegar a ser muy difícil de asimilar.

Un agravante psicológico que incrementa los niveles de estrés y ansiedad para todos nosotros es que este encierro no ha sido buscado. Si bien es cierto que lo podemos comprender y aceptar sin reticencias, por el bien común, también lo es el hecho de que no hemos tenido la posibilidad de elegirlo por nosotros mismos.

Esta merma de nuestros movimientos y de nuestra capacidad de decisión ha significado una interrupción muy brusca de nuestra vida habitual.

Para muchas personas que eligen vivir en soledad, pero que socialmente son muy activas, el confinamiento ha supuesto un cese brusco e involuntario de todas sus actividades sociales y de todo contacto directo con otro ser humano. Los problemas psicológicos pueden no tardar en aparecer.

Me gustaría señalar que este encierro en soledad no solo ha afectado a personas mayores o adultos que han decidido vivir de esta forma, sino también, a estudiantes o trabajadores que viven fuera de sus residencias de origen, a madres solteras (que se han visto privadas de la ayuda de otros adultos), a cuidadores de personas dependientes, etc. Todos estos casos se encuentran en un alto riesgo psicológico, debido a la soledad.

Efectos del aislamiento en soledad

Estos son los principales riesgos emocionales que puede conllevar este aislamiento social involuntario.

  • Tristeza: La falta de contacto social puede llevarnos a una dinámica de tristeza y síntomas depresivos que pueden agravarse si esta situación se prolonga mucho en el tiempo.
  • Estrés y ansiedad: La soledad, por sí misma, provoca estrés físico. No estamos diseñados para vivir solos y, aunque no lo percibamos a corto plazo, nuestro cuerpo comienza a sufrir síntomas de estrés cuando pasamos mucho tiempo aislados de otras personas.
  • Problemas de sueño: pueden producirse cambios en los patrones de sueño y una reducción del número de horas de descanso.
  • Monotonía: Entrar en un ciclo repetido de actividades y rutinas, sin tener a nadie que nos haga de contrapunto o nos ayude a salir de la monotonía, también puede agravar los síntomas depresivos.
  • Problemas físicos: La soledad mantenida durante mucho tiempo, puede aumentar la probabilidad de problemas cardiovasculares o deprimir el sistema inmunológico.

Formas de mantener la mente activa si vives solo

Si estás confinado en soledad, aquí te dejamos unos cuantas recomendaciones para procurar mantenerte activo en estos días y de esta forma, poder cuidar de tu salud física y emocional.

  • Romper con la monotonía

Uno de los mayores peligros del confinamiento es el de abandonarnos a la monotonía y la inactividad. Debemos marcarnos pequeñas metas diarias como estudiar un determinado tema, leer unas páginas del libro que nos interesa o dedicar un tiempo a actividades creativas como practicar un instrumento, pintar, escribir, etc. Cumplir estos pequeños objetivos nos dará ánimo para continuar con las tareas al día siguiente.

Debemos evitar a toda costa caer en la procrastinación y la desidia.

  • Contacto on-line

Podemos sufrir soledad física, pero no tiene porqué ser soledad social. Resulta muy saludable mantener el contacto, todo lo que sea posible, con familiares y amigos mediante conexión on-line. Incluso, éste puede ser un buen momento para retomar la amistad con aquellas personas que aprecias, pero con la que no hablabas desde hace tiempo.

  • Ejercicio físico

El deporte es esencial. Dependiendo del espacio que se tenga en casa, se pueden programar actividades diferentes. Tenemos que marcarnos el objetivo de realizar una pequeña rutina de ejercicios al día.

  • Dieta de noticias

No conviene estar contínuamente pendiente de las últimas noticias que surgen sobre el coronavirus. Sí es bueno estar informados a diario, pero no es necesario revisar cada cinco minutos las últimas cifras sobre fallecidos en cada país. No resulta mentalmente saludable quedarnos todo el día anclados en el lado negativo de la situación.

  • Humor

Para contrarrestar todo el dolor y la tristeza que nos rodea, podemos cultivar el buen humor, bien sea con películas o vídeos que nos gusten o compartiendo con los amigos (on-line) anécdotas y bromas. Si solo vemos el lado negativo de la cuarentena, ésta nos irá pesando cada día más.

Y, para finalizar, este último consejo es para quienes conozcan situaciones de personas que vivan solas. Intentemos, dentro de lo posible, mantener el contacto con ellas. Puede ser mediante Internet, teléfono o asomándonos a la ventana para hablar con la vecina.

Ramón Soler 

Enlace: https://www.cuerpomente.com/blogs/ramon-soler/como-afrontar-confinamiento-solo_6182

Imagen: Adobe Spark Post