Publicado: 23 de Octubre de 2022

Es habitual que algunos casos de adicción requieran de un ingreso en un centro de salud con especialistas en el tratamiento de las adicciones.


Este tipo de ingresos aseguran que el proceso de desintoxicación se lleva a cabo de la mejor manera posible monitorizando los elementos clave del tratamiento y ofreciendo de manera constante las atenciones necesarias para la persona que se está recuperando y necesita desprenderse del círculo vicioso de la dependencia. Pero… ¿Cómo se sabe cuando el tratamiento de un trastorno adictivo necesita un ingreso? De ello hablaremos en este artículo.


Claves para saber si el tratamiento de la adicción requiere un ingreso


La mejor manera de superar una adicción no siempre pasa por el ingreso; a veces, por ejemplo, es suficiente con acudir a terapia individualizada con frecuencia semanal, a veces complementando esta rutina con varias sesiones de terapia grupal. En cualquier caso, se intenta no realizar una intervención muy disruptiva y que altere totalmente el día a día del paciente; si se opta por el ingreso, es porque realmente es lo más recomendado dadas las circunstancias, y no porque esta sea la manera de proceder “por defecto” ante cualquier adicción.


El proceso de ingreso resulta complejo, puesto que cada persona es diferente. Por eso, las ideas que veremos a continuación son pautas orientativas; en la práctica, cada caso es examinado de manera personalizada para determinar si el ingreso es la mejor solución.


En cualquier caso, el ingreso en un centro especializado en adicciones es una de las medidas más eficaces siempre que se realice en un centro de salud con profesionales cualificados y experiencia en este tipo de tratamientos, que siempre deben tener dos pilares fundamentales: la medicina y la psicoterapia.


1. Patologías duales


Las personas que presentan una patología dual suelen tener otra alteración psicológica además de la adicción que haya estado desarrollando durante un tiempo determinado.


Esta alteración o alteraciones psicológicas que cursan conjuntamente con la patología puede ser de diversa índole, siendo las más habituales los casos de ansiedad, la depresión, las alteraciones de tipo psicótico, el estrés postraumático y la bipolaridad.


Este tipo de patologías que funcionan de manera sinérgica junto a la adicción afectan progresivamente la salud mental de la persona, por lo que en la mayoría de casos es necesario un ingreso hospitalario o en un centro especializado para tratar ambas alteraciones.


2. Pérdida total del control personal


Hay momentos en la vida de una persona con un trastorno adictivo en los que la adicción se apodera de su vida y esta se vuelve incapaz de tomar decisiones racionales que no estén influenciadas por la enfermedad; en casos así, el individuo se ve atrapado en un círculo vicioso de abstinencia y consumo que le da muy poco margen de maniobra.


En estos momentos, la persona adicta puede sentir fehacientemente que ha perdido el control de su vida y que de mantener los hábitos que pone en práctica diariamente, su adicción también empeorará, así como su salud.


En estos casos de adicción muy avanzada se recomienda un ingreso en un centro de adicciones, ya que la persona deberá ser atendida y apoyada las 24 horas del día desde que se levante hasta que se acueste, con el objetivo adicional de ofrecerle recursos para desprenderse de las rutinas ligadas a la adicción y evitar las recaídas en la medida de lo posible, e incluso evitar las dinámicas autodestructivas si termina recayendo.


3. Falta de rutinas de autocuidado


Las personas adultas son capaces de cuidar de sí mismas, manteniendo rutinas personales que vayan en consonancia con sus estilos de vida y que les aporten bienestar, salud y felicidad diaria.


Por el contrario, las personas que pueden presentar un caso de adicción avanzada son incapaces de llevar a cabo cualquier tipo de rutina saludable para su día a día, y aquellos hábitos que mantienen en su estilo de vida son nocivos y tóxicos.


Para superar este problema, el ingreso hospitalario es la mejor manera de que la persona con adicciones puede aprender e incorporar en su día a día una serie de pautas saludables que le permitan tomar el control de su vida y vivir con plenitud.


4. Bucle de mentiras


En los casos en los que una persona adicta entra en una espiral de mentiras hacia las personas de su entorno con el objetivo de conseguir dinero para drogas o bien para procurarse seguir manteniendo su adicción, es momento de ingresar al paciente. En situaciones así, las relaciones con los seres queridos empiezan a quedar muy dañadas y es importante detener urgentemente esa dinámica.


Las personas con este tipo de alteraciones se ven forzadas a emplear la mentira para mitigar el malestar ligado a la adicción; esto se ve muy notablemente en los casos de adicción al alcohol o a las drogas y también en los casos de ludopatía.


5. Falta de socialización saludable


Cuando apenas se socializa ya con otras personas que no sean adictas también estamos ante un caso grave de adicción que debe ser tratada mediante ingreso. Además, este tipo de rutinas ligadas a contextos de consumo refuerza la noción de que se tiene a todo el mundo en contra, todo el mundo menos el resto de personas con adicciones.


Es importante destacar que uno de los objetivos principales del tratamiento de la adicción es la reinserción social con el objetivo de que la persona pueda incorporarse de nuevo en sociedad de manera satisfactoria.


Psicología y Mente

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