Publicado: 23 de Junio de 2017

Pensamos que el sabor es algo que percibimos de manera objetiva. No es así. Numerosos estudios han demostrado que en la percepción del sabor influyen muchísimos factores, la mayoría de los cuales escapan de nuestra conciencia, desde la intensidad de la luz que nos rodea hasta la música e incluso el color de la vajilla.


Ahora una nueva investigación realizada en la Universidad de Adelaide sugiere que el lenguaje utilizado en la etiqueta de una botella de vino podría ser tan importante para su disfrute como el sabor de la bebida en sí.


El sabor no solo se encuentra en las papilas gustativas


Los investigadores reclutaron a 126 personas que consumían vino con regularidad y les presentaron una selección de los tres vinos blancos más populares de Australia: Chardonnay, Riesling y Sauvignon Blanc.


En la primera sesión de cata, les pidieron que clasificaran el sabor de los vinos. Una semana más tarde se realizó una segunda sesión, aunque en realidad los participantes volvieron a probar los mismos vinos, primero leyendo una descripción muy básica, y luego con una descripción mucho más "elaborada y emotiva". El truco radicó en que las personas pensaban que estaban catando seis vinos diferente, cuando en realidad siempre fueron los mismos tres desde el inicio.


Por ejemplo, una descripción básica del Riesling fue "de color amarillo pálido/verdoso" mientras que una descripción más completa de ese mismo vino fue: “sabor refrescante a limón y lima acompañado de delicados aromas florales de jazmín, proveniente de un viñedo familiar con un saber hacer de 145 años”. Además, incluía frases como "homenaje respetuoso a nuestros antepasados” ​​y “cuidadosamente elaborado con fruta recogida a mano de nuestros viñedos de la más alta calidad”.


Asombrosamente, las descripciones más elaboradas de los vinos, que incluían información sobre la historia de la bodega y valoraciones positivas sobre la calidad del vino, hicieron que las personas los prefirieran sobre los demás. De hecho, los participantes eran un 30% más propensos a comprar los vinos con descripciones elaboradas.


Los participantes consideraban que el vino era mejor, más delicioso y más caro si en la descripción se incluían detalles sobre la historia de la bodega y se especificaba su sabor en detalle. Al contrario, cuando esos mismos vinos se presentaban sin descripciones, recibían críticas peores.


Sin duda, al elegir los productos nos fijamos mucho en su forma de presentación, descripción y precio, las cuales terminan influyendo en nuestra percepción del sabor. Tenemos la idea de que los productos más caros son mejores, por lo que esta creencia actúa como una especie de efecto placebo que engaña a nuestro cerebro y también nos hace pensar que su sabor es mejor. 



Fuente:

Danner, L. et. Al. (2017) “I like the sound of that!” Wine descriptions influence consumers' expectations, liking, emotions and willingness to pay for Australian white wines. Food Research International.