Publicado: 7 de Octubre de 2017

La familia es la unidad básica en la que crecemos, por lo que, lo queramos o no, nos deja una impronta muy profunda. De hecho, al formar una nueva familia, tenemos la tendencia a repetir los patrones que aprendimos de niños, sean adecuados o no.

Una familia funcional promoverá el desarrollo adecuado de sus miembros, permitiendo que cada quien despliegue su individualidad. Una familia disfuncional creará un ambiente tóxico que discapacitará intelectual o emocionalmente a sus miembros e incluso puede convertirse en el caldo de cultivo donde proliferen diferentes trastornos psicológicos.

Las funciones de la familia

Como grupo social, toda familia debe cumplir algunas funciones básicas: 

1. Biológica. Cada sociedad establece una serie de reglas que “regulan” las actividades reproductoras de sus adultos. La familia es una de las maneras socialmente aceptadas. 


2. Económica. Se refiere al mantenimiento de los miembros no productivos, generalmente los hijos pequeños. No obstante, la función económica de la familia también se refiere a la división de las tareas domésticas, de manera que es la antesala de la posterior división del trabajo en el mundo laboral.

3. Educativa-socializadora. La familia es el primer grupo socializador, encargado de transmitir a las nuevas generaciones el sistema de valores y las formas de hacer, además de prepararles para que se inserten en la sociedad y cumplan las reglas de esta.

4. Psicológica. Se refiere a la satisfacción de las necesidades emocionales e intelectuales de cada uno de sus miembros. La familia es el núcleo donde las personas deben sentirse aceptadas, respetadas y protegidas.

Esto significa que una familia funcional no solo debe ser capaz de satisfacer las necesidades básicas materiales de sus miembros sino que también debe brindarles el apoyo emocional que necesitan y asegurarse de que estos desarrollan al máximo su potencial como individuos.

Características de las familias funcionales

1. Las familias funcionales cumplen de manera eficaz su función económica, lo cual significa que sus miembros encuentran en el hogar la seguridad económica básica que necesitan. 

2. Se realiza una repartición equitativa de las tareas del hogar, de manera que cada miembro es responsable de su cumplimiento y no se sobrecarga a una sola persona con todos los deberes.

3. Se potencia el sentido de pertenencia a la familia y, a la misma vez, se estimula la identidad personal y la autonomía de cada uno de sus miembros. Existe un equilibrio entre la pertenencia al grupo familiar y la individuación.

4. Existen límites claros, fronteras psicológicas que los demás miembros no deben traspasar y que garantizan la adecuada convivencia en el hogar. Aún así, también existe un buen margen de tolerancia, de manera que no surgen conflictos familiares constantemente.

5. A pesar de que existen reglas y roles bien definidos, ante la presencia de problemas familiares, existe cierta flexibilidad que facilita llegar a acuerdos y soluciones enfocados en el bienestar familiar.

6. Existe una repartición adecuada de los niveles de jerarquías. La jerarquía entre los padres es horizontal, de manera que ambos tienen el mismo poder en el hogar, pero ejercen una jerarquía vertical sobre sus hijos que les permite establecer normas y hacerlas cumplir. 

7. Comunicación clara, donde todos los miembros puedan expresar lo que piensan y sienten de manera asertiva y sin dañar a los demás. 

8. Cada miembro se siente aceptado en el seno de la familia, donde encuentra una fuente de seguridad emocional. 

9. La familia crece a la par de sus miembros, de manera que los errores cometidos son experiencias de aprendizaje que los fortalecen.

10. La familia es lo suficientemente flexible como para adaptarse a las circunstancias, aunque ello requiera un cambio en las reglas o los roles. Si sus miembros no tienen capacidad de adaptación para reencontrar un nuevo equilibrio en medio de una crisis, la familia funcional terminará convirtiéndose en un hogar disfuncional. 

Características de las familias disfuncionales

1. Se promueve una dependencia excesiva de algunos de sus miembros, lo cual limita su crecimiento y desarrollo personal. Se trata de familias hiperprotectoras que generan en sus miembros inseguridad y dependencia.

2. Se establece una relación demasiado abierta, de manera que se anulan los sentimientos de pertenencia familiar. Suele ocurrir en familias demasiado permisivas, que terminan generando una sensación de desarraigo en sus miembros.

3. No existen reglas y límites claros, de manera que sus miembros no saben cuáles son sus deberes y derechos. En estas familias disfuncionales lo usual es que algunos de sus miembros asuman roles dominantes y otros se sometan, creando un peligroso desequilibrio de poder. Como resultado, un miembro, generalmente la madre, suele verse sobrecargado por las exigencias desmedidas de los demás.

4. No se respeta la distancia generacional y se invierte la jerarquía de poder, de manera que los padres se subordinan al niño, quien termina convirtiéndose en un pequeño tirano. También puede ocurrir que los padres confundan la jerarquía con el autoritarismo, impidiéndoles a los hijos dar su opinión.

5. En la base de los hogares disfuncionales suele haber problemas de comunicación. Sus miembros no se sienten cómodos expresando sus sentimientos o ideas, de manera que los reprimen o expresan a través de indirectas que activan comportamientos defensivas. De esta manera, los mensajes no quedan claros y originan nuevos problemas familiares.

6. Tienen roles y patrones de comportamiento demasiado rígidos que les impiden adaptarse a los cambios, de manera que ante la menor crisis, sus miembros responden con rigidez y resistencia, lo cual provoca que los problemas familiares se enquisten y afecten a sus miembros.

7. Sus miembros no son empáticos y sensibles hacia los demás, de manera que en la familia no se satisfacen las necesidades básicas de aceptación y afecto. Algunos miembros pueden sentirse incluso rechazados.

8. Existe un escaso nivel de tolerancia, de manera que se termina culpabilizando a uno de los miembros y dándole un trato injusto.

9. Se practican comportamientos dañinos como la humillación, el desprecio o la falta de respeto.

10. Existen patrones de manipulación emocional a través de los cuales se pretende controlar a los miembros de la familia.

Causas de las familias disfuncionales

La familia es un sistema que está compuesto a la vez por diferentes subsistemas (que serían sus miembros). Desde la perspectiva sistémica, se asume que la relación entre los miembros de una familia es tan estrecha que cualquier cambio de uno de sus integrantes causa modificaciones en los otros y, por ende, en toda la familia. Por ejemplo, la enfermedad de uno de sus miembros altera la vida del resto.

Asumir esta perspectiva significa comprender que la familia no es la simple suma de sus miembros sino que es un conjunto de interacciones. También significa que cuando ocurren problemas familiares, no existe un “culpable” a quien apuntar con el dedo sino que es necesario analizar la dinámica de las relaciones que se ha establecido.

Por tanto, las causas de las familias disfuncionales no se deben buscar en un solo miembro sino que son mucho más complejas ya que radican en las relaciones que se han establecido a lo largo del tiempo y en cómo los otros miembros han ido respondiendo ante el conflicto. 

Las familias disfuncionales son simplemente aquellas que no cuentan con los recursos psicológicos necesarios para hacerle frente a la convivencia de manera asertiva y desarrolladora para sus miembros. Esto significa que, ante una crisis, cualquier familia funcional puede convertirse en disfuncional ya que dependerá de los recursos de afrontamiento que ponga en marcha.

Las consecuencias de vivir en hogares disfuncionales

Crecer o vivir en un hogar disfuncional puede dejar heridas para toda la vida. De hecho, aumenta el riesgo de padecer trastornos psicológicos como la depresión, la ansiedad y la adicción. En los niños también aumenta la vulnerabilidad a desarrollar trastornos psicológicos o sufrir trastornos de conducta.

En el caso de los niños, lo más usual es que asuman uno de estos roles:

1. El rebelde: no solo se rebela contra la autoridad de los padres sino que tiene problemas con todos aquellos que detenten cierto poder, desde los maestros hasta la policía. Estos niños suelen terminar siendo catalogados como “problemáticos” y desarrollan problemas de conducta. 

2. El chivo expiatorio: se trata de un niño que ha sido culpado por la mayoría de los problemas familiares, por lo que puede desarrollar un profundo sentimiento de culpabilidad que le puede llevar a convertirse en el saco de golpes de los demás cuando sea adulto.

3. El guardián: este niño generalmente asume el rol de los padres, por lo que crece demasiado rápido y se pierde gran parte de su infancia ya que tuvo que resolver los problemas familiares él solo o actuar como mediador en los conflictos de los adultos.

4. El perdido: es un niño discreto, callado y tímido cuyas necesidades fueron ignoradas, de manera que aprendió a esconderlas y a reprimir sus emociones. Generalmente se convierte en un adulto que cree que no es digno de ser amado ya que no tiene una buena autoestima.

5. El manipulador: es un niño oportunista que se aprovecha de los errores y debilidades de otros miembros de la familia para conseguir lo que quiere.

Jennifer Delgado Suárez 

Enlace: https://www.rinconpsicologia.com/2017/08/familia-funcional-familia-disfuncional.html