Publicado: 20 de Febrero de 2023

No paras de mover las piernas en la silla, de tocarte el pelo porque te pica la cabeza, de rascarte esa heridita o comerte las uñas… paseos hacia la cocina para abrir el frigorífico… y siempre esa sensación de ahogo que te hace suspirar, suspiros que te alivian… un rato… Hasta aquí… todo dentro de lo controlable… pero ¿y cuando no para aquí?…


¿Y cuando sientes que tu corazón va muy deprisa… demasiado…? Cuando no crees que puedes aceptar ese trabajo fuera de tu ciudad porque te da miedo lo desconocido, cuando pensar que mañana tienes que ir a dar clase a tus alumnos te provoca mareos, sequedad de boca, tos nerviosa… cuando un sudor frío te recorre el cuerpo sólo con escuchar la voz de la persona con la que tienes algo pendiente…


Para las personas que sufren un trastorno de ansiedad, su vida, y la vida de las personas que les acompañan es, sin duda, más complicada que la vida del resto.


Su realidad está hecha de pensamientos negativos constantes, síntomas físicos que no se van nunca, miedos sin sentido que les limitan… y a veces incluso, ataques de pánico.


Tú, como familiar, amigo… sólo quieres ayudar a esta persona, pero antes… quédate con estas pinceladas que espero te puedan orientar:


El decirles “Cálmate, o tranquilízate”… es contraproducente, puede generar el efecto contrario, es decir, que se alteren mucho más. Si ellos pudiesen calmarse, seguro que lo harían. Pero no es algo que elijan, ni que controlen. La mejor opción es la compañía y ofrecerles apoyo y comprensión.

Un ataque de pánico puede surgir cuando menos lo espera nadie, ni uno mismo. Una presión en el pecho… y un pensamiento que es incontrolable puede convertir un día normal en algo terrorífico. Otras veces, es la respuesta a un miedo por no querer afrontar una situación que les produce estrés o ansiedad. Lo peor de todo esto… es que la persona sabe que lo que piensa y siente “no es normal”, pero a pesar de esto, para ella es “incontrolable”. Además aparece otro miedo… el miedo a “volverse loco”.

La ansiedad no sólo es mental… La mente tiene un efecto tan poderoso sobre el resto del ser, que afecta también a lo físico. Muchas personas que padecen ansiedad pueden desarrollar síntomas derivados de la misma como: Síndrome del intestino irritable, erupciones cutáneas, soriasis, urticarias, mareos, boca seca, síndromes gastrointestinales…

Los miedos se vuelven enormes monstruos, amenazas vitales. Miedo a subir a un autobús o un ascensor, a quedarte en un lugar abierto muy grande, miedo a pasar a la oficina del paro porque hay demasiada gente… Una persona con ansiedad vive diariamente con miedo. Para ayudar a la persona que vive en esta pesadilla diaria… lo mejor no es ayudarla a que evite estas situaciones, sino acompañarla a que las afronte poco a poco, a mini-dosis e ir retirando tu apoyo de forma paulatina, hasta que, sola, sea capaz de lograrlo. Escapar o evitar, sólo va a acentuar más los miedos. La ayuda profesional es clave para este punto.

Grandes preocupaciones por pequeñas cosas… Su cabeza no para… de buscar opciones diferentes, de interpretar comentarios de conocidos… pero siempre con ese tinte grisáceo de la susceptibilidad. Montones de pensamientos que se convierten en preocupaciones imparables, que dan lugar a emociones que se disparan, que originas sufrimiento real y que llevan a la conducta de la persona a buscar formas de escapar de esos pensamientos. Un círculo vicioso, del que no saben cómo salir.

El cerebro de una persona en estado de ansiedad, no detecta bromas. Está en modo supervivencia. En algunas ocasiones pacientes con ansiedad, sufren crisis incontrolables por ”pequeñas bromas” o comentarios que se hacen “sin conciencia” de a quien se le están haciendo… por ejemplo , acuden a urgencias preocupados por creer estar sufriendo una grave enfermedad, y el sanitario les dice “sí, por esto te vas a morir”… créeme, su cerebro en ese momento no interpreta la broma… interpreta el mensaje… Por favor, que el cansancio a la hora de tratar con estas personas no nos lleve a las burlas o la falta de respeto y la falta de comprensión. No elijen actuar como lo hacen.

Vivir con miedo al miedo. Incluso cuando el estado es de “control”, la persona con ansiedad vive con miedo a que vuelva a ocurrirle una situación de ansiedad incontrolable. Anticipándose a los acontecimientos… sin ser conscientes de que esa preocupación continua, es lo que llama a la ansiedad.

La medicación, la gran aliada… Sus vidas están unidas a la medicación. El conocimiento del ciclo del miedo y del pánico, haría que se redujera mucho la población que palía los síntomas de la ansiedad con medicación.

Mi mensaje para ti, hoy… CALMA…TODO PASA…


Y mientras tanto, ACCIÓN… Practicar y aprender a darle significados más amplios a lo que percibes. Buscar ayuda puede marcar la diferencia y orientarnos a interpretar los signos conductuales que disparan nuestro pensamiento… y que tanto sufrimiento nos ocasionan.


“La ansiedad, es la mente, yendo más deprisa que la vida”

Anónimo


Ángela Peco

Enlace: https://angelapecopsicologia.com/la-ansiedad-que-vive-en-mi/

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