Publicado: 23 de Mayo de 2019

Todos hemos vivido alguna vez la pérdida de alguien cercano y querido. Aunque el concepto y las actitudes sobre la muerte han ido cambiando con el paso de tiempo, enfrentarse a la marcha de un ser querido siempre es difícil, sobre todo cuando esta es inesperada o traumática.

En ocasiones, es necesario recibir apoyo para superar este trance. Ya que, aunque todos, en mayor o menor medida, estamos preparados para afrontar estas situaciones, a veces podemos estancarnos en el proceso. Por eso, la formación de profesionales para la intervención social en las etapas del duelo es primordial.

Así, podríamos decir que el duelo es un proceso que experimentan las personas a raíz de la pérdida de alguien o algo querido (Moreno, 2002).Por lo que este proceso es una manifestación normal ante estas situaciones. Las reacciones sentidas son de tipo físico, emocional y social que pueden oscilar desde un sentimiento transitorio de tristeza hasta una desolación completa, que, en los casos más graves, puede durar años e incluso toda la vida. (Raphael, citado en Echeburúa y Corral, 2001).

Etapas del duelo

Si bien es cierto, se podría decir que es diferente y único en cada persona, así como dinámico por las diferentes etapas que se conocen. Las etapas que nos presentó la psiquiatra Kubler-Ross (1969) son las siguientes:

  • Negación.
  • Ira.
  • Negociación.
  • Depresión.
  • Aceptación.

Es importante señalar que, aunque es habitual vivir esas etapas, hay ocasiones en las que la sintomatología y características que van adoptando el proceso nos permite hablar de «duelo patológico«. Este se caracteriza, principalmente, por la intensidad y la duración de la reacción emocional. Como características en contraposición con un duelo normal, según Echeburúa y Corral (2001), nos encontramos:

  • Mayor intensidad de los síntomas.
  • Duración de la reacción más allá del año de la pérdida.
  • Aparición de síntomas impropios de un duelo normal: alucinaciones, ideas delirantes, aislamiento social, alteraciones del sueño y del apetito, etc.

«El duelo nos desafía a amar una vez más».

-Terry Tempest Williams-

Intervención social en las etapas del duelo

Respecto a la intervención social en las etapas del duelo, primeramente debemos recordar la importancia de un conocimiento previo de los tipos de duelo, sus causas y sus consecuencias. Aunque las experiencias vitales puedan ayudarnos a comprender la situación que viven al enfrentarse a la pérdida de un ser querido, esta nunca debería ser garantía para una buena práctica.

Así, cabe destacar dos vertientes a la hora de intervenir: asesoramiento o consejería del duelo y terapia del duelo.

Asesoramiento como intervención social en las etapas del duelo

Los objetivos alcanzables con este nivel de intervención serían los siguientes (Worden, citado en González, 2011)

  • Facilitar la información adecuada entorno al proceso de duelo.
  • Ayudar a completar asuntos inacabados con el fallecido.
  • Incrementar la realidad de la pérdida, tratando de evitar o superar la negación.
  • Ayudar a manejarse con las emociones expresadas y con las latentes. Facilitar la expresión emocional.
  • Contribuir a superar los obstáculos que dificulten el reajuste tras la pérdida.
  • Colaborar en dar una despedida adecuada y en la reanudación de una vida normal.

Además, este tipo de intervención también debe centrarse en ayudar al familiar a hacer real la pérdida, a identificar y expresar sentimientos, a ayudar a vivir sin el fallecido y a integrar la pérdida en la historia personal. También para dar tiempo para asumir la pérdida, dotando de estrategias de afrontamiento al allegado sin olvidar el apoyo y seguimiento continuo que permita identificar posibles conductas patológicas.

Terapia de duelo

Este modelo, más especializado, requiere de un mayor conocimiento. Desde este tipo de intervención se busca favorecer la elaboración del duelo para así evitar posibles complicaciones en el proceso. Siguiendo al mismo autor citado anteriormente, debemos basarla en identificar y resolver los conflictos de la separación que imposibilitan la realización de las tareas correspondientes en personas cuyo duelo no aparece, se retrasa, es excesivo o prolongado. Por todo esto, la intervención social en las etapas del duelo desde esta perspectiva sería adecuada en estos casos:

  • Duelo complicado con manifestación de duelo prolongado.
  • El duelo se manifiesta a través de un síntoma somático o enmascaramiento.
  • El duelo se manifiesta con una reacción exagerada.

Aunque la muerte es algo inevitable, afrontar el dolor y el sufrimiento que ocasiona a veces es muy complicado. Es difícil ver el lado bueno de las cosas cuando sucede algo así, pero todo lo que nos ocurre en la vida nos enseña lecciones muy importantes.

Como dice Bermejo (2005), el duelo quizá reclame nuestra verdad más grande y hermosa: el valor del amor. Y nuestra verdad más trágica: la soledad radical que nos caracteriza. La muerte de un ser querido nos confronta irremediablemente ante el misterio de la vida y nos recuerda nuestra propia finitud física. Nos impone silencio; y el silencio vacío; y el vacío, reflexión inevitable.

En definitiva, la superación del duelo es equilibrio, es saber adaptarse a las circunstancias de la vida. Es resiliencia y es reflexión. No es cuestión de olvidar, se trata de aprender a vivir con la ausencia.

Elena García

Enlace: https://lamenteesmaravillosa.com/la-intervencion-social-en-las-etapas-del-duelo/

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