Publicado: 14 de Octubre de 2023

Hay una actitud vital que parte de la empatía y amabilidad hacia los demás y que, al mismo tiempo, fomenta el amor incondicional hacia uno mismo. Las psicólogas estadounidenses, maestras de meditación y escritoras Kristin Neff y Tara Brach abordan desde este enfoque sus prácticas de mindfulness.


La belleza de lo imperfecto


La autocrítica que nos empequeñece y el síndrome del impostor están a la orden del día. El hábito de reñirnos al cometer un error, si no logramos resolver un problema o no podemos atender las exigencias del mundo, no nos beneficia y supone un lastre para nuestra autoestima.


El autocastigo surge de la exigencia de ser una persona distinta de quien somos: pretender ser otra clase de pareja, mejor madre, una empresaria más exitosa... Nos fustigamos por no ser bastante, como si no mereciéramos las cosas buenas de la vida.


Sin embargo, tanto esas partes que no nos gustan como nuestras capacidades más luminosas integran nuestra humanidad. Aunque la cultura japonesa es célebre por su perfeccionismo, reconoce como valor fundamental la belleza de lo imperfecto, el wabi-sabi: en la naturaleza todo es imperfecto, inacabado y efímero, y como seres humanos que formamos parte de la naturaleza, nuestra esencia es la imperfección.


Reconocer el sufrimiento


La amabilidad hacia uno mismo no es distinta de la amabilidad que tenemos hacia cualquier otra persona, explica Kristin Neff en su libro Sé amable contigo mismo (Ediciones Paidós).


Según el enfoque budista, la compasión implica reconocer claramente el sufrimiento, sea el de los demás o el nuestro. Neff subraya que «no podemos conmovernos ante nuestro propio dolor si no empezamos por reconocer que existe».


El primer paso es darnos cuenta de que tenemos un dolor –sea físico o emocional– que desearíamos no estar viviendo. Justamente de aquí surge el sufrimiento, cuando luchamos contra la realidad y anhelamos otra cosa.


Meditacion RAIN: Compasión para amarse


La psicóloga estadounidense Tara Brach ha creado una meditación para dejar de sufrir, para hacerse amigo de uno mismo. La bautizó con el acrónimo RAIN – Reconocer, Aceptar, Investigar y Nutrir–, y empieza también con el reconocimiento de qué está pasando en el momento presente.


En su libro Compasión radical (editorial Urano), Brach afirma que la única manera de sanar es a base de amor, siendo buenos con nosotros mismos, es decir, con «una compasión radical».


En palabras de la propia Tara Brach: «La ‘compasión radical’ significa darle cabida a la vulnerabilidad de esta vida –de la vida entera– en nuestro corazón.» Significa tener el valor de quererse a uno mismo, de querer a los demás y de querer al mundo. Para la práctica de RAIN, el punto de partida es siempre aceptar lo que sentimos, en lugar de tratar de evitar la experiencia.


Meditación rain paso a paso


A continuación, detallamos los pasos claves de la meditación RAIN:


Reconoce lo que está ocurriendo: Elige una situación actual en la que te sientas atrapado o te molesta. Observa y descubre dentro de ti qué emoción predomina, en qué estado emocional te coloca la situación.


Acepta dejar que la vida sea como es: Da permiso a tu corazón para que se sienta como está ahora, manifestando la emoción que la situación le provoca, sin juzgarla o querer cambiarla.


Investiga con curiosidad y benevolencia: Siente las sensaciones físicas. Toma nota de cómo se relacionan con las distintas partes de tu cuerpo, y con la parte más herida de tu ser. Pregúntate: ¿Qué necesita esta parte de ti?


Nútrela con presencia afectuosa: Sostén con amor todas las partes dolidas y envuélvelas en amor. Date tiempo para descubrir qué más puede nutrir tu interior, y ofréceselo con generosidad.


4 frases que debes repetirte para dejar de sufrir


Kristin Neff ofrece un mantra de autocompasión para lograr aceptar lo que sentimos y querernos:


«Este es un momento de sufrimiento» (reconozco el dolor que estoy sintiendo).

«El sufrimiento forma parte de la vida» (la imperfección es parte de la vida humana y no estoy sola sufriendo de ello).

«Pido ser amable conmigo misma en este momento» (me abro con cariño y curiosidad hacia mi experiencia presente).

«Pido darme la compasión que necesito» (para recordarte que mereces recibirla).


Ser amable con uno mismo requiere dar atención y cariño a las partes más vulnerables –y a veces escondidas– de nuestro ser, con la mismo atención y cariño que ofrecemos a los demás.


Anna Sólyum

Enlace: https://www.cuerpomente.com/psicologia/psicologas-se-ponen-acuerdo-estas-son-frases-que-debes-repetirte-cada-dia-para-dejar-sufrir-mejorar-tu-autoestima_12070

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