Publicado: 12 de Marzo de 2020

“Las críticas no serán agradables, pero son necesarias”, dijo Winston Churchill. Una crítica a tiempo puede evitar males mayores y puede sembrar la semilla para un cambio enriquecedor. Sin embargo, las críticas que nacen del desconocimiento, la envidia o el odio pueden generar heridas que tarden mucho en sanar.

La filosofía budista no se ha mantenido ajena al acto de criticar. Aunque enfatiza la importancia de desarrollar una actitud compasiva y no juzgar a los demás, también nos advierte que hay ocasiones en las que las palabras agradables no sirven de mucho y es necesario realizar críticas que ayuden a las personas a enmendar sus errores o reencontrar su camino. 

El libro The Buddha’s Teachings on Social and Communal Harmony, una antología del Canon Pali realizada por Bhikkhu Bodhi, incluye los consejos de Buda a los monjes. Nos advierte que “nuestro discurso puede ser oportuno o inoportuno, verdadero o falso, amable o duro, conectado con el bien o con el daño, hecho con una mente de bondad amorosa o con odio interno”, por lo que es importante ser más conscientes de nuestras palabras.

En el capítulo IV, Buda aborda el discurso explicando cuándo es necesario alabar y cuándo es oportuno criticar, indicando además cómo podemos corregir asertivamente a una persona. Menciona entonces los cinco preceptos que debemos seguir para realizar una crítica positiva. 

Los 5 preceptos de Buda para criticar correctamente

1. Que la crítica parta de la verdad

Una crítica no tiene sentido si se hace bajo una premisa falsa. Las palabras basadas en mentiras o suposiciones no tienen valor y a menudo solo sirven para generar caos y confusión. La crítica positiva, al contrario, debe partir de la honestidad. Eso significa que antes de criticar debemos preguntarnos si estamos siendo lo suficientemente objetivos. 

Según el budismo, llegamos a la verdad cuando desarrollamos la perspectiva correcta, que implica deshacernos de nuestros juicios de valor, expectativas y apegos. Eso implica que debemos asegurarnos de que nuestra crítica no tenga una motivación egoísta, que no parta de nuestras expectativas frustradas o que no sea un intento de manipulación inculpatoria

2. Elegir el momento correcto

“Habla en el momento correcto, no elijas un momento inoportuno«, dice una frase budista del Canon Pali. Las críticas, por muy positivas y constructivas que sean, a menudo desatan reacciones negativas ya que pueden ser vistas como un ataque al ego. Para mitigar su impacto, debemos ser lo suficientemente inteligentes como para elegir el momento correcto.

Si una persona está enfadada o frustrada, es probable que nuestra crítica caiga en saco roto simplemente porque estas emociones le impiden pensar con claridad. De la misma manera, si está atravesando por un momento difícil, esa crítica puede convertirse en un peso adicional muy difícil de gestionar. Por tanto, para que una crítica sea desarrolladora, debe ser dicha en el momento oportuno.

3. Criticar con gentileza

Decir la verdad no equivale a realizar un sincericidio disparando lo primero que nos pasa por la mente sin detenernos a pensar en las repercusiones que tendrá en los demás. Las palabras pueden herir, aunque sean ciertas. Eso significa que para realizar una crítica positiva debemos partir desde la más profunda empatía, con sensibilidad y tacto.

La crítica más difícil, si es hecha con gentileza, no solo se suaviza sino que también es más constructiva. Cuando criticamos con amabilidad y delicadeza rompemos los muros emocionales en los que a menudo rebotan las críticas, creando un terreno fértil para que puedan prosperar y conduzcan realmente a un cambio desarrollador.

4. Que la crítica beneficie al otro

La crítica positiva es aquella que construye y aporta valor. Las críticas negativas, al contrario, solo dañan a las personas y generan distancias difíciles de salvar. Por eso, es importante que antes de criticar pensemos en cómo nuestras palabras pueden beneficiar a la otra persona, cómo pueden ayudarle a ser mejor o crecer. 

Eso también significa que la crítica debe ir acompañada de una posible solución. Hacer notar un problema o un error es importante, pero aún más importante es brindar una salida para que esa persona no se quede atrapada en los pensamientos y actitudes que generaron esa situación.  

5. Criticar desde el amor bondadoso

“Habla desde una mentalidad de amor bondadoso, no albergando odio […] No pronunciaremos palabras malas, sino que respetaremos y nos compadeceremos del bienestar de esa persona, con una mente bondadosa y amorosa, sin odio interno, sin hostilidad y sin mala voluntad”, dijo Buda.

Las críticas positivas son aquellas que surgen de una mentalidad mettā, como se le conoce en el budismo a una actitud amable, benevolente y de interés activo por los demás. Esa mente ha dejado atrás la ira y la angustia para abrazar un amor más incondicional. Si no hemos logrado esa paz interior, sino que albergamos rencores y frustraciones, deberíamos preguntarnos si somos la persona más adecuada para criticar.

Jennifer Delgado Suárez 

Enlace: https://rinconpsicologia.com/critica-positiva-segun-budismo/

Imagen: Adobe Spark Post