Publicado: 10 de Abril de 2023

Buena parte de la complejidad de la sexualidad tiene que ver con que este ámbito de la vida casi nunca es abordado de manera objetiva y desapasionada.


A lo largo de los siglos, la experiencia sexual ha sido percibida a través de un fuerte elemento de moralidad e incluso de superstición, debido a su importancia. Ya sea para asociarlo a lo divino o a lo maligno, el sexo ha sido un campo de batalla entre maneras de entender la vida y la naturaleza.


Es por eso que la sexología, como disciplina de estudio científico de la sexualidad, ha tenido que poner sobre la mesa por primera vez la necesidad de entender el sexo mediante la investigación sistemática y objetiva, refutando mitos y creencias erróneas muy arraigadas basadas en los prejuicios y la tradición. Teniendo en cuenta esto, veamos cuáles son los pilares en los que se basa la sexología en la actualidad; ideas sobre las que se construye esta sub-rama de la ciencia.


Los principales pilares de la sexología


Aquí haremos un breve recorrido por las ideas fundamentales en las que se basa la sexología.


1. Atracción sexual y deseo sexual no son lo mismo


Esta distinción entre atracción sexual y deseo sexual es clave, ya que ayuda a comprender el sistema de motivaciones que predispone al ser humano sentir interés por el sexo. Mientras que la atracción sexual es hacia una persona o tipo de personas, el deseo sexual no tiene por qué ir dirigido hacia un sujeto particular, y simplemente consiste en las ganas de involucrarse en actividades sexuales en general.


2. Placer sexual y orgasmo no son lo mismo


Muchas veces se da por supuesto que la existencia de un orgasmo es siempre una indicación de placer sexual, lo cual lleva incluso a negar casos de violación. Sin embargo, hoy en día sabemos que la respuesta psicofisiológica del orgasmo puede surgir incluso sin experimentar este tipo de placer en su globalidad, aunque en la práctica tienden a aparecer juntos. Por consiguiente, hay casos en los que una violación causa un orgasmo, sin que eso implique que la persona disfruta o que consiente la relación, que es esencialmente violenta.


3. La actividad sexual va más allá de la genitalidad


Vivir el sexo yendo más allá del coito y de la estimulación de los genitales es básico para no limitarse a una visión reducida del erotismo. Este tipo de placer y estimulación puede basarse en las caricias en muchas otras partes del cuerpo. Además, tener en cuenta todo este abanico de posibilidades permite tener relaciones más satisfactorias sin necesidad de amoldarse a las convenciones sociales que giran alrededor de la heterosexualidad.


4. No sentir atracción sexual no es un problema siempre


Aunque es cierto que muchas veces se sobreentiende que la falta de atracción sexual es un problema que debe ser abordado desde la terapia sexual, esto no siempre es así. Uno de los pilares de la sexología que ha surgido en los últimos años consiste en validar las experiencias de las personas asexuales, dado que estas pueden llegar a ser igual de felices que el resto siempre que no se las discrimine. Así, la ausencia de atracción sexual solo se asocia a problemas en el marco de una relación afectiva en la que hay expectativas asociadas al sexo y los intereses de ambos integrantes no están alineados.


5. Hay que distinguir entre reproductividad y erotismo


Aunque el sexo ha surgido como un mecanismo evolutivo para posibilitar un tipo de reproducción en el que haya variabilidad de genes, eso no significa que actualmente debamos considerarlo únicamente como una actividad par tener descendencia. Desde el siglo XX, se ha ido desestigmatizando el sexo como vivencia independiente del deseo de tener hijos, y seguir trabajando en esta dirección es necesario para vivir la sexualidad plenamente y sin un sentimiento de culpa que además de empeorar las relaciones causa dinámicas de discriminación.


6. La sexualidad y la autoestima están vinculadas


En la práctica, la sexualidad es un tema tan delicado que suele estar asociada al modo en el que nos percibimos a nosotros mismos, normalmente a través de los roles de género. Por eso, muchos problemas sexuales tienen detrás formas de malestar basadas en la autoestima, y viceversa.


7. La mayoría de problemas sexuales tiene causas psicológicas


Finalmente, no hay que olvidar que la mayoría de personas que enfrentan problemas en el ámbito sexual lo hacen debido a problemas de tipo psicológico, como por ejemplo una mala regulación de la ansiedad o una baja autoestima al exponer el propio cuerpo. Esto significa que no es necesario intervenir siempre en alteraciones orgánicas ante fenómenos como el vaginismo o la disfunción eréctil.


Desirée Infante Caballero

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