Publicado: 21 de Enero de 2020

Respirar es una actividad propia de los seres vivos. Algunos respiramos por la nariz, otros por la boca y otros incluso alternando entre la boca y la nariz. Todos y cada uno de nosotros respiramos y lo hacemos de manera diferente. Si nos parásemos a observar nuestra respiración, nos daríamos cuenta de que no tenemos dos respiraciones iguales. Así, hoy nos proponemos analizar los efectos de la respiración en nuestro cerebro.

La respiración es tan importante que actúa como un monitor de nuestro organismo que nos alerta de nuestro estado físico y emocional en un determinado momento. Así, si nos encontramos ante una respiración acelerada, lo más probable es que estemos en una situación de estrés, miedo, enfado, alegría… Sin embargo, cuando nuestra respiración es más pausada y profunda, lo más probable es que nuestro estado sea de relajación, calma, sosiego, …

El movimiento de nuestro diafragma es una buena variable para identificar en qué estado nos encontramos. Teniéndola en cuenta podemos analizar los efectos de la respiración en nuestro cerebro.

«La calidad de tu respiración expresa tus sentimientos más profundos».

-T.K.V. Desikachar-

Diferencias entre la respiración consciente e inconsciente

La respiración normal, comúnmente llamada respiración inconsciente o respiración torácica, es un proceso autómata e inconsciente que cumple la función de hematosis, garantizando el metabolismo celular por medio de la oxigenación.

Consecuentemente, la respiración por sí misma está intrínsecamente ligada al sistema nerviosos vegetativo o sistema nervioso autónomo (SNA), el cual se encarga de regular las funciones autónomas del organismo (Canet, 2006).

Por otra parte, la respiración consciente o respiración diafragmática es una acción que no solo acelera y mejora el proceso de respiración, sino que también afecta al cerebro y ayuda a crear espacios de sosiego emocional y tranquilidad (Benson, 1975).

La primera diferencia que nos encontramos al realizar una respiración consciente o respiración controlada es el reemplazo de la respiración torácica por la respiración diafragmática y sus implicaciones fisiológicas (Lodes,1990).

La respiración diafragmática aumenta el volumen y presión de oxígeno que ingresa al cuerpo, saciando la totalidad de la capacidad pulmonar, haciendo uso de la totalidad de los alvéolos pulmonares y de igual forma librando mayor cantidad de dióxido de carbono del organismo, además de lograr la activación del sistema nervioso parasimpáticoencargado de los estados de relajación y calma de nuestro organismo (Everly, 1989).

«Los sentimientos vienen y van, como las nubes en el cielo. La respiración consciente es mi ancla».

-Thich Nhat Hanh-

¿Cuáles son los efectos de la respiración en nuestro cerebro?

Los efectos de la respiración en nuestro cerebro son diversos. La respiración consciente es capaz de saciar la totalidad de la capacidad pulmonar, provocando una mayor oxigenación celular, una mejor oxigenación tisular, aumentando el control de la presión tisular; por consiguiente, una mayor síntesis de adenosín trifosfato (ATP), que hace posible la vida celular (Baigorri, Lorente, 2005).

Esto ocurre debido a una mayor presión cardiovascular, ejercida gracias a la respiración consiente. Además, este tipo de respiración facilita una mejor irrigación cerebral, provocando a su vez la mejora del funcionamiento de las diversas partes del cerebro y mejorando las conexiones entre neuronas (Brassard, Ainslie, & Secher, 2014).

Además, resaltar que hay estudios en los que se ha demostrado que cuando la respiración consciente se utiliza como facilitador de la meditación, las pruebas de neuroimagen revelan como el tamaño real del cerebro aumenta.

En concreto, estos efectos de la respiración en nuestro cerebro se refieren a cambios en la corteza prefrontal, en áreas asociadas con la atención y el procesamiento de la información sensorial.

«El aire es tu alimento y tu medicamento».

-Aristóteles-

La respiración consciente también estimula el nervio vago. Incrementa la actividad del sistema nervioso parasimpático (cada vez que exhalamos o expulsamos el aire) y la disminución de la actividad del sistema nervioso simpático. Una variación que provoca que oscilen los niveles de acetilcolina; un neurotransmisor que envía las señales oportunas para la mediación sináptica dentro del organismo, favoreciendo la calma (Manoj et al., 2013).

De forma generalizada, la respiración consciente nos va a ayudar a lograr la homeostasis en nuestro cuerpo. De esta manera podemos mejorar el funcionamiento del sistema neuroendocrino, digestivo, circulatorio, neuroquímico, y los diversos sistemas nerviosos, destacando principalmente a los sistemas central, autónomo y periférico.

Marián Carrero Puerto 

Enlace: https://lamenteesmaravillosa.com/los-efectos-de-la-respiracion-en-nuestro-cerebro/

Imagen: Adobe Spark Post