Publicado: 17 de Noviembre de 2018

El acoso sexual se puede definir desde distintas aproximaciones (legal, académico o psicosocial), pero la definición más ampliamente aceptada es la que afirma que se trata de “una experiencia psicológica basada en un comportamiento sexual no deseado, ofensivo y amenazante, que tiene lugar en el contexto de trabajo”.  Aunque actualmente se considera un fenómeno que puede tener lugar en distintos ámbitos, no solo en el laboral. El acoso sexual es una de las formas más comunes de violencia de género que existen, siendo un claro reflejo de las relaciones sociales de poder entre mujeres y hombres. Para combatir esta situación,  la primera condición es que los casos de acoso sean percibidos como tales. Las percepciones sobre el acoso sexual dependen de factores tales como el género, el tipo de acoso (acoso de género vs. atención sexual no deseada vs. coerción sexual) la respuesta de la víctima ante el acoso, el contexto y la ideología del perceptor/a, entre otros.

Las estrategias usadas por la mayoría de las mujeres para combatir el acoso, suelen ir desde la evitación o ignorar al acosador, hasta la denuncia de los hechos. Sin embargo, ninguna de estas estrategias han mostrado ser claramente eficaces para luchar contra las situaciones de acoso. Otra de las posibles estrategias que las mujeres pueden usar para responder al acoso sexual, es enfrentarse a la situación. Sin embargo, las investigaciones afirman que algunas mujeres que denuncian situaciones de acoso, sufren represalias por el hecho de hacerlo.

Investigadores/as de la Universidad de Granada han llevado a cabo una serie de estudios con el objetivo de indagar sobre la percepción social del acoso sexual. En concreto, en uno de los estudios, mujeres (n= 138) participantes contestaron un cuestionario en el que se les presentaba un escenario y se les pedía que adoptaran el rol de la protagonista de la historia. En dicho escenario se manipulaban dos de los tipos de acoso más frecuentes: acoso de género (más sutil) vs. atención sexual no deseada (más explícito), así como la respuesta de la víctima: confrontación ante el acoso vs. no confrontación ante el acoso. También se estudia la influencia en dicha percepción de variables ideológicas como el sexismo ambivalente y la aceptación de los mitos sobre el acoso sexual.

Los principales resultados resaltan la dificultad de reconocer determinados comportamientos como acoso sexual mostrando que, en general, la percepción de la situación como acoso sexual es menor cuando se presenta una conducta de acoso de género (más sutil) que cuando se describe una conducta de atención sexual no deseada (más explícita). El hecho de que el acoso de género no sea percibido como tal, o incluso  se minimice, en comparación con formas más explicitas o directas (atención sexual no deseada), puede llevar a que este tipo de conductas se normalicen como habituales en las relaciones entre hombres y mujeres, con las implicaciones que esto tendrían llevado a contextos sociales o laborales. Muchas mujeres puedes sentirse acosadas en el lugar de trabajo y no contar con mecanismos de detección o posibilidad de respuesta. En este estudio cuando la mujer responde ante el acoso, las participantes piensan que ésta sería percibida por el hombre de manera más negativa que cuando no confronta. Resultados similares se han encontrado en otras investigaciones, confirmándose la influencia de las actitudes tradicionales de género sobre la valoración de una víctima de violencia contra la mujer. Además, las mujeres con alta aceptación de los mitos sobre el acoso sexual , le daban menos importancia a los hechos descritos. Existe evidencia de cómo los mitos hacia ciertas formas de violencia contra la mujer, como las agresiones sexuales, sirven para negar, minimizar o justificar la violencia que los hombres ejercen contra las mujeres. 

De los resultados de este estudio se pueden derivar varias implicaciones, con la implantación de programas y legislación para luchar contra el acoso sexual como objetivos prioritarios. El acoso sexual es un problema social que debe ser abordado desde la educación en igualdad, y en el que  los mitos juegan un papel crucial. Estudios de este tipo muestran la importancia de sensibilizar ante el acoso y dotar a las víctimas y a la sociedad, de recursos que posibiliten una respuesta efectiva ante el problema de la violencia de género en general y del acoso sexual en particular.

El artículo completo así como las referencias pueden encontrarse en la Revista European Journal of psychology applied to legal context 

Herrera, M.C., Herrera A., y Expósito F. (2018). To confront versus not to confront: women’s perception of sexual harassment. The European Journal of psychology Applied to Legal Context, 10, 1-7.

Enlace: http://www.infocop.es/view_article.asp?id=7685

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