Publicado: 11 de Diciembre de 2022

Según la Organización Mundial de la Salud, hay más de 1300 millones de fumadores en el mundo. Y de entre ellos, más de 8 millones mueren cada año.


La mayoría de fumadores prestan poca atención a esas cifras, porque es más cómoda pensar que esas cosas les pasan a otras personas, y no a uno mismo (hasta que pasan).


Pero seamos sinceros: dejar de fumar no es fácil (incluso si entiendes la importancia de dejar el tabaco lo antes posible, por ejemplo, antes de desarrollar cáncer de pulmón, EPOC o cualquier enfermedad cardíaca, o contribuir a que otras personas a tu alrededor enfermen al ser fumadores pasivos).


En este artículo te voy a explicar por qué dejar de fumar es tan difícil para algunas personas.


¿Por qué dejar de fumar es tan difícil?


Estos son los motivos por los que dejar de fumar es afrontar un reto que va más allá de la propia fuerza de voluntad.


1. Dependencia física


Dejar de fumar no siempre es fácil, porque la simple razón de que el tabaco es adictivo. Provoca adicción, dependencia física, porque la nicotina es una sustancia adictiva.


No voy a profundizar en los detalles de la neuroquímica de las adicciones en este artículo, pero quédate con esto: la nicotina hace que, después de consumirla unas pocas veces, el cerebro se acostumbre y no quiera “vivir sin ella”.


Eso significa que, cuando los fumadores intentan dejar de fumar (o dejar que pase más tiempo entre cada cigarro) sufrirán una serie de sensaciones desagradables. Eso es el síndrome de abstinencia de la nicotina, cuando el cuerpo empieza a pedirte otra dosis de nicotina, otro cigarrillo.


La manera más rápida de hacer desaparecer el síndrome de abstinencia es fumar otro cigarro. Por eso tantas personas sufren dificultades para dejar de fumar.


El síndrome de abstinencia no es igual en todas las personas. Hay diferencias genéticas y de metabolismo, también depende de cuánto fumase la persona normalmente, sus hábitos de consumo, su tolerancia a la ansiedad, y muchos factores más… por eso algunas personas pueden dejar de fumar de un día para otro con solo proponérselo, y otras personas recaen una y otra vez sin remedio. Dejar de fumar no es una cuestión de fuerza de voluntad.


2. Dependencia psicológica


Además de la dependencia física, tenemos que hablar de la dependencia psicológica. El tabaco provoca adicción (químicamente hablando), pero también nos acostumbramos a fumar en ciertos lugares, situaciones, momentos del día, ante ciertos estados de ánimo, con ciertas personas…


Seguro que conoces a alguien que se sienta incapaz de tomarse un café sin acompañarlo de un cigarro.


Todas las personas han asociado el consumo de tabaco a unas u otras situaciones. A lo mejor se han acostumbrado con el paso de los años a fumar después de las comidas, o en los descansos del trabajo, o cuando salen a la calle a pasear o a tomar el aire, o mientras pasean al perro, o mientras ven una película…


Cada persona tendrá unos hábitos de consumo diferentes. La dependencia psicológica por el tabaco consiste precisamente en que la persona sienta la necesidad de fumar como estrategia de afrontamiento ante muchas situaciones del día a día, y para dejar de fumar tendrá que prepararse mentalmente para afrontar esas situaciones sin tabaco.


3. Ansiedad por dejar de fumar


Cada persona experimenta la ansiedad de manera algo diferente, pero casi todos los fumadores experimentan ansiedad al intentar dejar de fumar (sea por el síndrome de abstinencia físico o por la dependencia psicológica).


Algunas personas tienen problemas de ansiedad por otros motivos que no tienen nada que ver con el tabaco, por lo que les supone un desafío extra.


Si sufres problemas de ansiedad, es mejor trabajar esos problemas primero y aprender a lidiar con ellos, antes de intentar dejar de fumar. De lo contrario, la ansiedad por fumar puede volverse muy abrumadora. Por eso es tan importante consultar con psicólogos antes de intentar dejar el tabaco.


4. Falta de motivación


Una de las principales razones por las que tanta gente fracasa en sus intentos por dejar de fumar es que no han aclarado sus razones para dejar de fumar.


Muchas personas lo intentan por la presión social, porque sus hijos se lo han pedido, o porque el médico les ha dado un aviso… pero para algunas personas, esas razones no son suficientes.


Una buena manera de motivarse para dejar de fumar es reflexionar sobre cómo el tabaco ha empeorado nuestra calidad de vida (muchas personas han normalizado esos cambios después de varios años fumando, por lo que necesitan reflexionar para darse cuenta de todo lo que han perdido con los años).


Y al visualizar el daño que nos ha hecho el tabaco, podremos visualizar más fácilmente los avances y ventajas de dejar de fumar:


Más energía y vitalidad en el día a día

Mejor estado de ánimo y humor

Respirar mucho mejor, disfrutar más del deporte

Mejorar nuestra autoestima (al haber hecho algo tan difícil como superar una adicción). Y seguro que a cada persona que lea este artículo se le ocurrirán muchísimas razones más por las que dejar de fumar mejorará su vida.



5. Falta de apoyo del entorno


Muchas personas intentan dejar de fumar “a escondidas”, por miedo a que otras personas cuestionen su decisión, no crean en ellas, no les apoyen… Y muchas veces para evitar la vergüenza pública de tener una recaída y volver a fumar.


El apoyo de nuestra familia o pareja es importantísimo para superar cualquier problema de adicción, y el tabaquismo no es diferente.


6. No tener una estrategia


La mayoría de personas que intentan dejar de fumar lo hacen sin estrategia. Sin haber hecho auto-observación, sin haberse familiarizado con su adicción, con sus hábitos de consumo, sin haber preparado estrategias de prevención de recaídas…


Dejar de fumar no es fácil, por eso conocerse a uno mismo es importante para prepararse mentalmente. es importante para los primeros días sin tabaco (mientras superamos el síndrome de abstinencia), pero es mucho más importante durante las semanas y meses siguientes, en que es muy posible recaer por la dependencia psicológica.


Por eso es esencial tener una estrategia. ¿En qué situaciones sueles tener más ganas de fumar? ¿Cómo vas a cambiar tus hábitos y tu estilo de vida para dejar de fumar en esas situaciones? ¿Qué vas a hacer cuando te entren ganas de fumar? ¿Cómo vas a afrontar la ansiedad y los pensamientos en bucle sobre el tabaco?


Contestar a esas preguntas es importantísimo para preparar una estrategia


7. No haber pedido ayuda


Muchas personas cometen el error de dejarse llevar por el ego y el exceso de orgullo. Piensan que pedir ayuda para dejar de fumar les hace “débiles”, y se pasan años dando vueltas en círculo, recayendo cada vez de las mismas formas sin realmente cambiar nada en su estilo de vida o sus estrategias de afrontamiento.


Luis Miguel Real

Enlace: https://psicologiaymente.com/drogas/por-que-es-dificil-dejar-fumar

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