Publicado: 31 de Octubre de 2018

Es probable que en más de una ocasión te hayas sentido irritado, ansioso o estresado por detalles que, al volver la vista atrás, considerabas insignificantes y que ni siquiera te importaban o no te interesaban. 

Aún así, algunas actitudes, palabras o comportamientos de quienes te rodean te molestaron y estresaron. Y esas reacciones se amplifican aún más en el caso de las parejas. Si tu pareja está estresada, es probable que tú también termines estresado, aunque no sepas muy bien por qué o no puedas identificar una causa. 

¿Qué es el contagio emocional? 

Las emociones se contagian, sobre todo las emociones negativas. Estamos cableados para ser empáticos, las neuronas espejo nos permiten modelar mentalmente los movimientos, actitudes y emociones de los demás. 

De hecho, mientras mantenemos una conversación imitamos de manera automática los movimientos, expresiones faciales y posturas de nuestro interlocutor. Esa habilidad para ponernos en el lugar de los otros nos permite conectar emocionalmente, pero también tiene un lado “negativo” ya que hace que seamos más propensos a contagiarnos con sus emociones. 

El estrés también se contagia 

Un experimento muy interesante realizado con ratones demostró que incluso entre los animales el estrés se contagia. Los neurocientíficos de la Universidad de Estambul sometieron a uno de ellos a algunas situaciones estresantes y comprobaron que sus cerebros mostraban cambios funcionales que reflejaban ese estrés. Luego lo devolvieron a la jaula, con su compañero. Al cabo de un rato, descubrieron que este no solo mostraba comportamientos nerviosos sino que su cerebro también mostraba cambios, como si hubiese vivido en carne propia las experiencias estresantes. 

Este estudio ha sido “replicado” en personas, en el Instituto Max Planck. Estos investigadores comprobaron que estar cerca de una persona estresada, aunque sea un completo desconocido, puede hacer que nos estresemos tanto que se puede medir a nivel físico. 

En este caso, los científicos emparejaron a algunas personas con seres queridos o con desconocidos del sexo opuesto. Un grupo recibió preguntas aritméticas complicadas y fue sometido a una entrevista para inducirles un estado de estrés. Otro grupo simplemente vio la prueba y las entrevistas a través de un espejo unidireccional o mediante transmisiones de video. 

Como era de esperar, el 95% de las personas sometidas a las pruebas, se estresaron. Sin embargo, el 26% de los observadores también mostraron un incremento de cortisol como resultado de un estrés empático. El impacto del estrés fue mayor cuando se trataba de una pareja (40%), pero también ocurrió con desconocidos, aunque en una proporción menor (10%). 

Pareja estresada = Más estrés 

El problema del estrés es que nos prepara para el peligro, por lo que nos pone en modo “ataque-huída”. Eso significa que genera una serie de cambios a nivel cognitivo y emocional que, efectivamente, nos vuelven más irritables. Es un círculo vicioso. 

Por una parte, adoptaremos una actitud hipervigilante que hará que nos fijemos más en actitudes de nuestra pareja que en otras ocasiones pasaríamos por alto, lo cual aumenta las probabilidades de que nos sintamos más molestos o frustrados. 

Por otra parte, también seremos mucho más sensibles ante cualquier estímulo del medio, lo cual implica que seremos más propensos a discutir por cosas pequeñas e intrascendentes. 

La única manera para salir de ese círculo vicioso, en el que muchas veces caemos sin darnos cuenta, por mera empatía, consiste en reconocer que estamos estresados y hacer algo para evitar que ese estrés siga aumentando. 

Jennifer Delgado Suárez 

Enlace: https://www.rinconpsicologia.com/2018/10/pareja-estresada.html?m=1

Imagen: Spark Post