Publicado: 27 de Diciembre de 2017

Al inicio de la relación psicoterapéutica, una de las situaciones más frustrantes para la mayoría de los pacientes es descubrir que el psicólogo no les dirá qué deben hacer. Muchas personas acuden a la consulta de Psicología con problemas concretos para los que quieren soluciones concretas, y en el menor tiempo posible. En realidad, esperan que el psicólogo tome la decisión por ellos. Y pueden llegar a frustrarse o incluso abandonar la terapia cuando se dan cuenta de que eso no sucederá.

Nivelación de expectativas en la relación psicoterapéutica

Una de las primeras tareas del psicólogo consiste en nivelar las expectativas del paciente. Muchas personas, cuando deciden acudir al psicoterapeuta, es porque ya se sienten al límite de sus fuerzas emocionales. Por eso, ponen grandes expectativas en la relación psicoterapéutica.

Sin embargo, la Psicología no es magia. Para que funcione se necesita tiempo y compromiso por parte del paciente. Los problemas que han tardado meses o incluso años en instaurarse no se pueden solucionar en tres sesiones.

Por otra parte, a menudo las personas ven al psicólogo como un gurú, y esperan descargar sobre este la responsabilidad de las decisiones que deben tomar. En el fondo, suponen que el psicólogo es un ser humano más competente. Piensan: “¿Quién soy yo para tomar decisiones tan importantes en mi vida? ¿Estoy realmente calificado para tomar ese tipo de decisiones?

El psicoterapeuta, por otra parte, a menudo es percibido como un experto, una especie de progenitor sustituto que conoce mejor las respuestas. Entonces el paciente asume el rol del niño en el cuerpo de un adulto, que fantasea acerca de lo agradable que sería depositar toda su responsabilidad y dejar que el psicólogo/progenitor haga el trabajo pesado y tome las decisiones difíciles. 

De esta forma, si las cosas van mal, tendrá a alguien a quien culpar por la mala decisión. Obviamente, eso no debe ni puede ocurrir.

Por eso, el psicólogo debe indagar en las expectativas del paciente y, desde el primer momento, ser claro con el enfoque terapéutico a seguir. Esto significa explicarle que actuará como orientador, no como un "solucionador exprés" de problemas.

Cinco razones por las que un psicólogo nunca te dirá qué debes hacer


1. Porque debes seguir tu propio ritmo de afrontamiento. Un psicólogo puede ver a una pareja y pensar que la decisión más inteligente sería el divorcio, pero hay quienes prefieren mantener un matrimonio conflictivo porque siguen manteniendo lazos emocionales que los atan. Por tanto, la opinión del psicólogo podría ser la mejor solución para la pareja, pero no en ese preciso momento porque no están preparados para dar el paso.

Cada persona sigue un ritmo diferente para adaptarse a la realidad, ese ritmo que no se debe violentar en exceso. A través del tiempo la persona gana experiencias y recopila datos que le permiten tomar una decisión más informada y consciente. Si se violenta el ritmo, es probable que la persona luego se arrepienta de sus decisiones, se culpe o no se responsabilice.

Por eso, el rol del psicólogo es ayudarte a comprender lo que es mejor para ti y lo que quieres de verdad. Además de ayudarte a analizar las experiencias desde una perspectiva más objetiva y desapegada.

2. Porque debes asumir la responsabilidad por tus decisiones. Uno de los principales objetivos de la terapia suele ser lograr que la persona desarrolle un locus de control interno; es decir, que tome las riendas de su vida. Si el psicólogo es quien toma las decisiones, eso no sucederá, la persona seguirá teniendo un locus de control interno, lo cual significa que no habrá crecido con la terapia.

En otros casos, las personas acuden a la consulta solo para encontrar una validación. Es decir, ya han tomado decisiones pero no se atreven a ponerlas en práctica y buscan la confirmación del psicólogo. En práctica, no se sienten suficientemente seguras y necesitan la validación de un profesional.

Dado que en el fondo, toda inseguridad es una resistencia al cambio, un bloqueo emocional o un mensaje del instinto, el rol del psicoterapeuta es ayudar a la persona a comprender qué la detiene y ampliar su horizonte de posibilidades. A lo largo de ese camino, es probable que la persona encuentre otra solución con la que se sienta más cómoda y la anime a actuar o que se sienta realmente segura de la decisión que ha tomado.

3. Porque debes comprender que no existen buenas o malas decisiones. Solo existen tus decisiones, que probablemente serán las más adecuadas según el momento de la vida que estás atravesando y las experiencias que tienes. Quienes se encuentran a tu alrededor pueden opinar, pero dado que no han caminado usando tus zapatos y, sobre todo, dado que no seguirán tu camino, eres tú quien debe decidir qué quieres hacer.

Parte del trabajo del psicólogo consiste en hacer que la persona comprenda que, para moverse en la vida, es necesario tomar decisiones. También es su misión eliminar el miedo a los errores y los fracasos porque casi siempre es posible corregir el rumbo. Cada decisión es solo una experiencia. 

4. Porque es muy probable que reacciones mal ante los consejos. Es cierto que el psicólogo, como profesional experimentado de la mente y las relaciones humanas, suele ver más allá de lo que aprecia la persona que se encuentra inmersa en el problema. Sin embargo, eso no significa que sea superior ni que posea todas las respuestas porque la persona más calificada para tomar decisiones vitales eres tú misma.

Además, es probable que sus consejos te enfaden o te hagan sentir inseguro, simplemente porque necesitas atravesar una serie de cambios y aún no estás preparado para tomar las decisiones correspondientes y pasar a la acción.

Como resultado, es probable que cuando el psicoterapeuta te dé un consejo, la primera reacción sea de alegría ya que finalmente sabes qué debes hacer. No obstante, más tarde, mientras procrastinas el consejo, dado que aún no estás listo, empezarás a buscar razones en contra, de manera que incluso puedes llegar a pensar: “¡¿Cómo se atreve a decirme qué debo hacer?!” Y en ese punto la relación terapéutica se resentirá.

5. Porque debes crecer y no desarrollar una dependencia al psicólogo. Ir a terapia no es como llevar el coche al taller. Cuando llevas el coche al taller porque tiene un problema, esperas que te lo solucionen pero no esperas aprender mecánica. Cuando decides ir a terapia esperas lo mismo pero es justo lo contrario: debes aprender "mecánica psicológica" para solucionar por ti mismo no solo el problema que ahora te afecta sino también las posibles dificultades que se presenten en el futuro. 

Si el psicólogo toma las decisiones por ti terminarás creando una dependencia, y eso significa que la terapia habrá fracasado. Uno de los objetivos de la psicoterapia es, precisamente, lograr que la persona sea más independiente, autodeterminada y segura. 

En cualquier caso, la relación psicoterapéutica realmente eficaz y desarrolladora es la que describió Robert Peck, quien la definió como “La lucha y el compromiso humano. Es el deseo del terapeuta de ofrecerse al cliente y ver su crecimiento. El deseo de arriesgarse, de implicarse de verdad, emocionalmente, en la relación; de luchar de verdad con el cliente y consigo mismo”.

Jennifer Delgado Suárez 

Enlace: https://www.rinconpsicologia.com/2017/10/relacion-psicoterapeutica-entre-psicologo-paciente.html?m=1