Publicado: 6 de Febrero de 2022

En el ámbito de la Psicología, el concepto conocido como “motivación” se entiende como el proceso adaptativo que activa a una persona y dirige su comportamiento hacia una meta u objetivo, y para ello es instigado a mantener las acciones necesarias para alcanzar lo que se ha propuesto previamente.


Partiendo de esta idea, en las siguientes líneas hablaremos de un fenómeno fundamental con el que la motivación se encuentra estrechamente relacionada: el proceso motivacional.


¿Qué es el proceso motivacional?


Podríamos definir el proceso motivacional como una sucesión de procesos dinámicos que movilizan a las personas hacia un objetivo, meta o la superación de alguna adversidad, cuya función principal es el aumento de las probabilidades de que consigan adaptarse al entorno y, por ende, sobrevivir y también para poder tener una mejor calidad de vida.


Este proceso, además, se encuentra relacionado con el crecimiento personal y potencial de todos los seres humanos, incluyendo en el ámbito social. Por todo ello, el proceso motivacional es, ante todo, un proceso adaptativo.


A continuación veremos las etapas o fases esenciales del proceso motivacional que transcurren de manera secuencial y ordenada.


Fases del proceso motivacional


El proceso motivacional, al ser un proceso dinámico, se compone de tres fases o etapas secuenciales, las cuales veremos a continuación.


1. La etapa de anticipación y dirección


Esta primera fase, la de anticipación y dirección, es aquella en la que la persona tiene una serie de expectativas en torno a una emergencia y/o la satisfacción de algún motivo.


2. La etapa de conducta activa y de retroalimentación


En esta segunda fase sobre la conducta activa y la retroalimentación del propio rendimiento, es aquella en la que la persona se encarga de realizar una serie de acciones que van dirigidas hacia un objetivo que se ha marcado previamente, de manera que le permitan a esa persona poder acercarse o distanciarse en función de la información que haya obtenido de los resultados de sus propias acciones.


3. La etapa de resultado


Esta última fase, la del resultado final, es esa en la que la persona experimenta las consecuencias por la consecución del objetivo que había escogido alcanzar en etapas anteriores y hacia el cual había encaminado su conducta.


Puesto que hay diversas teorías acerca del proceso motivacional, vamos a explicarlas en los siguientes apartados, con el fin de poder ver que, aunque tengan una visión un tanto diferente, todas han sido ampliamente validadas dentro del terreno de la psicología.


Una vez hayamos visto las tres propuestas acerca del proceso motivacional, podremos tener una visión bastante aproximada acerca de este proceso.


Etapas del proceso motivacional


Teoría del proceso motivacional de Deckers


Una de las teorías más importantes que abordan este tema es la secuencia sobre el proceso motivacional que propuso Lamber Deckers. Este investigador dividió dicho proceso en 3 fases.


1. Elección del motivo


En esta primera fase el sujeto elige el objetivo o meta que necesita alcanzar con el propósito de poder conseguir una satisfacción plena. El objetivo que elija alcanzar va a depender de diversos factores: el atractivo de los incentivos, la intensidad del motivo, el esfuerzo necesario estimado para alcanzarlo y las posibilidades de conseguirlo que posee.


2. Ejecución de las conductas instrumentales


Una vez elegido el objetivo, para proceder con este segundo paso de este proceso motivacional, el sujeto debe estar suficientemente motivado. Una vez tiene la suficiente motivación procederá con la realización de las conductas instrumentales que permitirán al sujeto alcanzar el objetivo que había elegido previamente.


Las conductas instrumentales para alcanzar un objetivo elegido son fundamentales puesto que es gracias al acto de llevarlas a cabo la manera de conseguir lo que el sujeto se ha propuesto. Asimismo, es frecuente que haya diferentes conductas instrumentales que permitirán alcanzar el mismo objetivo, aunque sea por un camino distinto y, en estos caso, será el sujeto quien deberá sopesar las ventajas e inconvenientes de cada uno de los caminos posibles para elegir el que más le interese seguir, en función de la frecuencia, la duración y la intensidad de cada uno.


Dichas ventajas e inconvenientes de cada tipo de conducta instrumental se deben evaluar por parte del sujeto en función de tres factores fundamentales que se describen a continuación.


Frecuencia: cantidad de veces que debe implicarse o iniciar esas conductas para alcanzar el objetivo.

Duración: cantidad de tiempo necesario para alcanzar el objetivo en función de elegir una conducta u otra para ello.

Intensidad: cantidad de esfuerzo que se necesita emplear para llevar a cabo cada una de las conductas instrumentales.


3. Satisfacción del motivo elegido


La fase final del proceso motivacional consiste en la finalización al alcanzar el objetivo que el sujeto había elegido en la primera fase, es decir, que la secuencia de conductas llevadas a cabo del el sujeto durante el proceso motivacional concluye cuando se ha alcanzado el objetivo previsto.


En caso de alcanzar el objetivo, el sujeto decidirá en ocasiones futuras si volverá a seguir los mismos pasos para alcanzar el mismo objetivo u otro que sea similar; mientras que si no logra alcanzarlo, en futuras ocasiones en las que quiera volver a intentarlo deberá sopesar si volver a intentarlo siguiendo el mismo camino a través de la ejecución de unas conductas similares o, por el contrario, si cambia de objetivo por otro que sea más asequible


Teoría del proceso motivacional de Fernández-Abascal


Enrique García Fernández-Abascal, con la ayuda de su equipo de investigadores, desarrollaron una teoría alternativa sobre el proceso motivacional, presentándose de una manera más esquemática y clara.


De acuerdo con este autor, el proceso motivacional empieza con uno o más de los determinantes motivacionales que influyen en el sujeto de manera que se encuentren las condiciones requeridas para que pueda tener la intención de comenzar a ejecutar una determinada conducta.


La segunda fase de este proceso comienza con la activación de una serie de conductas con una intensidad determinada, a la vez que la “intención” debe indicar la dirección que el sujeto debe seguir y hacia la que dirigirá dichas conductas. Durante todo el proceso motivacional, se produce una retroalimentación sistemática, de manera que la conducta va actuando sobre el entorno, a su vez, va objetando información acerca del progreso que va alcanzando a través de la ejecución de dicha conducta.


El término “intención” en esta teoría acerca del proceso motivacional se refiere a un elemento que sirve para que el sujeto reciba retroalimentación sobre sus actos, de forma que pueda autorregular sus conductual en función de si necesita mayor o menor intensidad en sus actos o, si está siguiendo o no la dirección correcta para alcanzar sus objetivos iniciales. Por tanto, la intención es el factor motivacional más influyente sobre la conducta del sujeto.


Por otro lado, cabe resaltar que la intención es dependiente de dos factores esenciales:


Actitud hacia la conducta: evaluación sobre si la conducta es favorable o perjudicial de cara a lograr el objetivo.

Norma subjetiva: percepción del sujeto acerca de que otros consideren esa conducta como aceptable o no.

A su vez, hay una serie de determinantes internos y externos que influyen en el comportamiento de las personas, tales como los que se enumeran a continuación.


Internos: la homeostasis, la herencia, los procesos cognitivos y el crecimiento potencial de cada uno.

Externos: el hedonismo, el aprendizaje, y las interrelaciones sociales, que impulsan el comportamiento.

Todos los factores mencionados anteriormente influyen en la elección de una serie de conductas u otras para alcanzar un objetivo mediante la acción a través de la fase de activación.


La tercera fase y última de este modelo del proceso motivacional es la de la dirección motivacional, que se refiere a la tendencia del sujeto a acercarse o, por el contrario, a evitar un objetivo concreto. Esto es importante debido a que la activación sin una dirección hacia la que dirigirse no puede desencadenar una conducta motivada, pudiendo ser la dirección una variable crucial para que se lleve a cabo una serie de conductas motivadas.


Teoría del proceso motivacional de Palmero


La teoría acerca del proceso motivacional propuesta por Francesc Palmero busca dar una visión más profunda y, al mismo tiempo, amplia de lo que sucede a lo largo del proceso motivacional. Una visión resumida de esta propuesta se explica de la siguiente forma, estando dividido el proceso motivacional, de acuerdo con Palmero, entre las fases que se cuentan a continuación.


La primera fase hace referencia a la elección de un objetivo o meta a alcanzar y de una toma de decisiones, estando esta fase abarcada por un proceso que comienza con la aparición del estímulo hasta que se llega a conseguir llevar a cabo la conducta motivada, y es imprescindible debido a que sin la aparición de un estímulo que lo desencadene, el proceso motivacional no sería posible. Si dicho estímulo es externo, es denominado como ‘deseo’; mientras que si es interno, se denominaría como ‘necesidad’.


La segunda fase es en la que se encuentra el centro del resultado o, por otro lado, el control de esas conductas que se han realizado con el fin de conseguir la conducta motivada. Este segundo paso, encaminado a la percepción del estímulo necesario para el inicio del proceso motivacional también es fundamental puesto que sin esa percepción no se iniciaría dicho proceso. Para que esto ocurra, deben actuar unos receptores adecuados en el sujeto con el fin de que pueda percibir el estímulo.


La tercera fase está desarrollada por parte de los proceso de evaluación y valoración de los objetivos o metas, de manera que posibiliten al sujeto que puede elegir cuál será el estímulo que va a lograr desencadenar la conducta motivada.


La cuarta fase se componen de los procesos de decisión y elección del objetivo a seguir. Para elegir el objetivo más adecuado a seguir, deberá valorar el deseo o necesidad de alcanzarlo, así como también el valor que tiene dicho objetivo para el sujeto y las expectativas que tiene de poder alcanzarlo.


La quinta y última fase transcurre a través de la acción de la conducta una vez que ha sido motivada. Para llegar hasta aquí, el sujeto ya ha debido escoger su objetivo y ha elegido cuáles son las conductas que debe llevar a cabo para ello entre las que tiene a su disposición, dependiendo esto de sus habilidades y de su situación personal. Esta conducta motivada es la que se constituye de todos los actos transcurridos a través de todo el proceso motivacional y estará encaminada a alcanzar una meta determinada.


En todos estos pasos es importante señalar el concepto de “activación” que se activa desde el momento que el sujeto detecta una necesidad que desencadena que el sujeto que proponga la meta de cubrir dicha necesidad a través de las acciones descritas en las diferentes fases del proceso motivacional. En este proceso se ha producido una activación de la homeostasis del sujeto, debido a que su propio organismo siempre trata de alcanzar el equilibrio cubriendo alguna deficiencia o balanceando sus propios recursos.


Mario Arrimada

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