Publicado: 16 de Noviembre de 2020

El mental breakdown, o "colapso mental" en español, no se usa en el ámbito clínico como diagnóstico.


"Es una terminología que define cuando nuestra mente no está en calma y/o serena. Todas las personas, según nuestra manera de gestionar las diferentes situaciones y circunstancias de la vida, las emociones, actos y pensamientos, podemos llegar a colapsar o estallar mentalmente", sostiene Patricia Fernández, psicóloga sanitaria.


¿Cuáles son sus síntomas?


Los síntomas del mental breakdown van de la mano de la ansiedad y el estrés. "Es muy complicado llegar a colapsar mentalmente si no se ha convivido durante mucho tiempo con sintomatología ansiosa o exposición a estresores. Si esto sucediese es necesario poner el freno ya que se puede llegar al descarrilamiento emocional o al bloqueo", asegura Fernández.


Según la experta en psicología sanitaria, los síntomas más recurrentes del colapso mental son:


La fatiga y cansancio psíquico.

Apatía y desgana ante los quehaceres diarios, falta de ilusión y/o motivación.

Rumiación de pensamientos con mayor carga negativa que positiva y preocupación constante sobre algo concreto.

Vivenciar emociones desagradables como el enfado, la tristeza y la frustración.

Dificultad para conciliar el sueño.

Oscilaciones en el peso, bien por comer en exceso o por la sensación de nudo en el estómago que imposibilita el apetito.


¿Qué provoca una crisis nerviosa o colapso mental?


No existe linealidad ni las situaciones vitales ni en los seres humanos. "Hay momentos en la vida en los que dependiendo del estilo de afrontamiento, personalidad y características individuales de cada sujeto, puede aparecer la sensación de falta de control", declara Patricia Fernández.


El sentimiento de sobrecargada puede suceder por una equivocada gestión de las situaciones y emociones. Fingir que todo está bien puede hacer el individuo sufra episodios de angustia extrema.


Fernández refiere que: "Puede producirse una crisis nerviosa o colapso mental porque no se ha sabido dar una negativa, porque no se han puesto los suficientes límites o porque simplemente algunas personas no se priorizan ni escuchan a sí mismos. Cuando esto ocurre, cabeza y el cuerpo dicen 'basta'".


En la sociedad actual culturalmente se vive entre la falta de tiempo, el estrés y la inmediatez. Un claro ejemplo de “colapso mental” es el que hace años vivió Britney Spears, donde se evidenciaba en unas imágenes rapándose el pelo y desorientada. Bastantes personajes públicos y famosos han llegado a hablar de ello y normalizarlo con intención de ayudar a otras personas que diariamente lo sufren.


El Príncipe Harry habló de sus problemas psicológicos y emocionales tras la muerte de su madre, la Princesa Diana y declaró: "No pasa nada por sufrir, siempre y cuando hables de ello. No es debilidad. Debilidad es tener un problema y no hacerle frente".


"Es natural que surjan en nuestro organismo estados ansiosos. Incluso se llegan a normalizar estos episodios emocionales transitorios a modo de 'microcrisis' que se pueden ir controlando. La ansiedad y el estrés acumulados, facilitan que, frente a un desencadenante concreto, ya sea personal, laboral o relacional, se sucedan estas crisis nerviosas", manifiesta Natibel Romero, psicóloga.


Para Romero hay factores relevantes frente al colapso mental, que no se deben obviar:


La generación de expectativas no realistas.

Las situaciones estresantes no resueltas que quedaron ancladas en la mente.

La idea constante de pensamientos negativos y la rumiación.

La valoración de nosotros mismos como seres capaces de afrontar y superar momentos críticos.

La gestión emocional para hacer frente a los problemas.


¿Qué hacer en caso de sufrir este tipo de colapso?


Es primordial conocer los indicadores (físicos o mentales) o síntomas de crisis, así como detectar las sensaciones anteriores a esta y los factores de riesgo. Según la profesional Natibel Romero, puede resultar de gran ayuda seguir estos pasos:


Alejarse del lugar donde se desencadenaron los síntomas y apartar lo negativo.

Controlar los pensamientos. Repetirse a uno mismo que es algo conocido que suele pasar.

Usar la respiración: Aunque pueda parecer que falta el aire, prestando atención sí llega a ser perceptible y tranquilizador.

Cerrar los ojos, de este modo se eliminan los estímulos externos y el centro es la respiración.

Decir en voz alta que la crisis se ha podido superar en ocasiones anteriores y que se logrará nuevamente.


¿Cómo prevenir un colapso mental?


Para finalizar, Romero ofrece algunas claves con la intención de evitar posibles nuevos episodios de colapso mental:


Evitar la rumiación de pensamientos negativos, aceptarlos y dejarlos.

Confiar en la fortaleza y capacidad de superación personales.

Potenciar las cualidades positivas.

Parar y dedicarse tiempo a uno mismo, para escucharse y comprender aquellos aspectos que no van del todo bien. Trabajar en ello y procurar transformarlo o eliminarlo.

Aprender alguna técnica de relajación. Practicar la respiración consciente, el mindfulness o la meditación.

Conocer los puntos vulnerables.

Evitar los juicios y las exigencias con uno mismo. No compararse con otros.

Vivir el día presente.

Practicar el autocuidado.


Practicar hábitos saludables:

Establecer límites.

Alimentarse saludablemente y de un modo consciente (dejar la cafeína, eliminar alimentos en alto contenido en triptófano, el alcohol o el exceso de grasas).

Practicar deporte regularmente.

Dormir bien.

Mantener una buena relación con familia y amigos, apoyarse en ellos o pedir ayuda.

Buscar ayuda profesional.


Yolanda González

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