Publicado: 25 de Septiembre de 2018

Hay libros que dicen poco pero transmiten mucho. Tal es el caso de “Regreso a casa”, una tierna historia ilustrada para niños que se revela como una auténtica fiesta para los sentidos. Es un viaje visual que evoca sonidos y olores a través de nostalgias y reflexiones. 

Su creadora, Akiko Miyakoshi, acompaña a una pequeña conejita de regreso a casa en brazos de su madre. Es de noche, una hora en la que apenas hay nadie en la calle pero la vida bulle en el interior de las casas. 

"Regreso a casa" es un paseo por ese mágico momento en que el día está por acabar, por el ritual de una ciudad que despide la jornada y despliega sus hábitos más íntimos, solo disponibles para quien tiene el ojo atento y la sensibilidad necesaria para captar no solo su existencia sino también su belleza. 

A medida que acompañamos a la protagonista en su aventura, vemos cómo los comercios empiezan a cerrar y a través de las luces que iluminan las ventanas de las casas podemos adivinar muchas historias, si dejamos volar la imaginación.

Alguien habla por teléfono, otro parece que está preparando la cena porque huele realmente bien, hay quienes descansan frente al televisor y en la ventana de al lado se adivina una fiesta muy animada. Otros se preparan para irse a dormir… 

A lo lejos, alguien se encamina hacia la estación para tomar un tren y probablemente regresar a casa tras otro largo día de trabajo. 

El libro capta con extrema sensibilidad ese abanico de rutinas que se producen todos los días en las ciudades, en ese momento en el que el día se apaga y nos preparamos para decir adiós, ese momento en el que la vida prácticamente se extingue en las calles pero renace en el interior de los hogares. 

Este cuento nos recuerda que cada quien tiene su propia historia. Aunque está concebido para niños de entre 3 y 7 años de edad, también evoca la nostalgia en los adultos y, a su manera, es un recordatorio de que a nuestro alrededor la vida bulle, que existen miles de pequeños detalles que no vemos porque caminamos con paso rápido, sumergidos en nuestras preocupaciones.

Sin embargo, si aprendemos a estar plenamente presentes y dejamos volar nuestra imaginación, algunas noches pueden llegar a ser especiales sin que ocurra nada especial. Nos rodea un mundo maravilloso que espera ser redescubierto.

Por eso, este libro es, de cierta forma, una oda a la curiosidad y a los pequeños detalles. También nos invita a reflexionar sobre esos hilos invisibles que nos unen. Las ventanas iluminadas son un símil de esos universos pequeños universos autónomos, esas vidas e historias paralelas, que forman una inmensa y maravillosa constelación.

Jennifer Delgado Suárez 

Enlace: https://www.rinconpsicologia.com/2018/09/regreso-casa-akiko-miyakoshi.html?m=1